Hace un año, un animal se coló en el garaje del australiano Jack Gray y, desde entonces, se ha convertido en su mascota. Un hecho extraño, puesto que la reacción habitual al encontrarse semejante especie no es la del protagonista de esta historia.
Jack es un valiente australiano que se encontró un cazador de Sídney en su casa, lo que viene a ser una gigantesca araña --del tamaño aproximado de su cara--. En ese momento, pensó en quedársela como animal de compañía, pero nunca imaginó que funcionaria. A día de hoy, la araña tiene hasta nombre: Charlotte.
No es una araña cualquiera
Desde hace un año, la araña comparte casa con Jack, quien la ha visto crecer desde el primer día que se la encontró. Una convivencia extraña que el propio dueño ha querido aclarar en su cuenta de Facebook, en un foro dedicado a las arañas.
Lo primero que le pasó por la cabeza al quedársela fue que el gran apetito que tiene esta especie por las cucarachas y otro tipo de plagas, le evitaría el tener que esparcir insecticidas y otros químicos por su casa. Y ya de paso, calmar las aprensiones de sus hijos. Aunque cabe recordar que la especie que ha adoptado el australiano produce veneno, aunque es poco probable que lo usen en humanos. Son arácnidos que prefieren huir a picar. Y, si lo hacen, los efectos son leves.
¿Ha llegado una nueva moda?
Una vez decidido, acordó llamarla Charlotte y optó por dar el paso de presentársela a sus hijos, alucinados en un principio porque la araña viviera con ellos. Además, a pesar de su gran tamaño, Jack cuenta que espera que "crezca un poco más" a medida que pase el tiempo.
Esta nueva moda, o tendencia, ha desconcertado a los usuarios de las redes sociales. Muchos de ellos debaten si podrían aguantar animales de este estilo en sus casas, mientras otros dan la razón científica del australiano por válida para convencerles de optar por la adopción de un arácnido.