Muchas enfermedades de transmisión sexual (ETS), como también otras infecciones, pueden propagarse a través del sexo oral. El hecho de no realizar el coito o la penetración no significa quedar libres de transmitir o contraer infecciones en la boca, la garganta, los genitales o el recto.
Toda persona que se exponga a una pareja infectada puede contraer una ETS. Por ello, los expertos recomiendan usar un condón, un dique dental u cualquier otro método que actúe como barrera durante las relaciones sexuales orales, para reducir el riesgo de transmitir o contraer una enfermedad de transmisión sexual.
El sexo oral no es seguro
Pacticar sexo oral implica usar la boca, los labios o la lengua para estimular el pene --felación--, la vagina --cunilingus-- o el ano --anilingus-- de una pareja sexual. Las ETS se pueden contraer en la boca o la garganta si se le practica sexo oral a una pareja con los genitales o el ano infectados. Especialmente si se trata de un pene. Del mismo modo, es posible transmitirlo a la inversa y contraerlo al recibir el sexo oral. En este caso, de nuevo, es más probable que suceda en un pene.
Muchas de estas enfermedades pueden estar en más de una zona del cuerpo a la vez, o bien pueden propagarse por todo el cuerpo de la persona infectada. Incluso muchas de ellas se transmiten antes de presentar signos o síntomas. Es decir, que alguien podría estar contagiado y no saberlo, por lo que hay que ir con todas las precauciones posibles.
La clamidia y la gonorrea
La clamidia (Chlamydia trachomatis) y la gonorrea (Neisseria gonorrhoeae) son las enfermedades que más fácil se pueden transmitir, y normalmente no presentan síntomas. Como mucho, se pueden detectar por secreciones en la vagina o el pene, una sensación de ardor al orinar y dolor y/o inflamación en testículos o recto.
La clamidia puede causar infertilidad o problemas con el embarazo, además de transmitirlo a los bebés. También puede derivar en artritis por todo el cuerpo, conjuntivitis o sarpullidos, especialmente en la planta de los pies. En el caso de la gonorrea, para tratarse en la garganta suele costar mucho más que en los genitales o el recto. Y, si deja la cura, puede propagarse por todo el cuerpo y causar llagas en la piel, además de dolor en las articulaciones.
También puede extenderse hasta el corazón, una infección grave y potencialmente mortal. En las mujeres embarazadas puede transmitirse al bebé y dejarlo ciego, aunque lo más probable es que afecte a sus articulaciones o le provoque una infección sanguínea mortal.
El peligro de la sífilis
La sífilis (Treponema pallidum) también entra en el listado de ETS que transmite el sexo oral. En este caso, hay dos factores a tener en cuenta: las llagas y sarpullidos que pueda tener la pareja y la cantidad de tiempo que el infectado haya tenido la enfermedad. Es probable que el contagiado no tenga síntomas, aunque lo más común es que se vean úlceras o llagas.
También puede aparecer sarpullido en el torso, las palmas de las manos o la planta de los pies y, en algunos casos, se padecen síntomas similares a los de la gripe. Como en las demás ETS, el riesgo lo corren especialmente las mujeres embarazadas. Con la sífilis, puede suceder que el bebé nazca muerto o presente retrasos en el desarrollo, tener convulsiones o morir al poco tiempo. Además, en general y para ambos sexos, puede causar daño en órganos internos, ceguera, debilidad muscular, demencia o la muerte.
Lo más común, el herpes
Los herpes pueden transmitirse tanto al dar como al recibir. Además, afecta de igual modo en la zona genital, el ano, las nalgas o el recto como en los labios, la boca o la garganta. Pueden suponer dolores de cabeza o fiebre --durante la infección inicial-- además de la aparición de llagas dolorosas que causan picazón.
No tienen cura, pero hay medicamentos que ayudan a acortar la duración de las erupciones o a disminuir los síntomas. Con tratamiento, aun pueden ser transmitidos a parejas sexuales que no estén infectadas y, las embarazadas, a un bebé durante el parto. Algo que puede causarle daño cerebral, en los órganos internos o, incluso, la muerte.
El virus del papiloma humano (VPH)
Es una de las más conocidas, y afecta especialmente a las mujeres. Puede estar en el cuello uterino y no ser visto sin una revisión exhaustiva, aunque también puede encontrarse en una garganta. Las papilomatosis laríngea o respiratoria, las verrugas de la garganta, pueden incluso causar cambios en la voz, dificultad para hablar o para respirar.
En este caso, en caso de tener visibilidad, es fácil detectarla: aparecen verrugas en las zonas afectadas. Algunos casos pueden provocar cáncer vaginal o de cuello uterino, de ano, de pene, de cabeza y de cuello. El único remedio: una revisión periódica y aplicarse la vacuna. En el caso de las verrugas, pueden extirparse en caso de que no desaparezcan, aunque también pueden aumentar de tamaño o la cantidad. Con el tratamiento pueden volver a aparecer, pero no se convertirán en cáncer.
Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
Es la más conocida y, a la vez, de la que menos se sabe. Es un virus que no tiene cura, pero hay medicamentos antivirales y fármacos que pueden ayudar a vivir más tiempo y con una mejor calidad de vida. Provoca una infección del sistema inmunitario en todo el cuerpo, y puede que no se tengan síntomas en muchos años.
Normalmente, se percibe una sensación similar a la de la gripe, y puede aumentar el riesgo de contraer ciertas infecciones y enfermedades además de cánceres.
Tricomoniasis
Es la única que se ha comprobado su transmisión vía oral en el que están implicados genitales infectados, lo que afecta a la garganta. No se ha reportado la propagación por otras prácticas sexuales orales.
Los hombres lo tienen más complicado para notar los síntomas, aunque puede detectarse por secreciones de la vagina o del pene, enrojecimiento y picazón en la zona vaginal y sensación de ardor al orinar.
Maneras de protegerse
Además de las ETS mencionadas antes, otras infecciones que pueden propagarse con el sexo oral son el virus de la hepatitis A, la bacteria Shigella y los parásitos intestinales, sobretodo si se trabaja la zona del ano. Por ello, los expertos recomiendan cuidar de la salud oral --caries, enfermedades bucales, sangrado de las encías o cáncer oral--, controlar la aparición de llagas en boca y genitales y evitar estar expuesto al semen o al líquido preseminal.
Para prevenir la transmisión de enfermedades en las relaciones sexuales orales con un pene, se recomienda usar un condón de látex no lubricado --o poliuretano si alguno de los dos es alérgico-- mientras que en una vagina o ano lo ideal es usar un dique dental o fabricar uno con un preservativo --cortarlo para formar un cuadrado que actúe como barrera--.