El uso del suavizante para la ropa suele estar bastante extendido. La gente la usa para que sus prendas tengan un tacto más suave, un mejor olor, para que sean más fáciles de planchar y tantas explicaciones más. Pero no es oro todo lo que reluce.
Las razones por las que esto sucede son químicas. Estos productos añaden una película de elementos químicos a la ropa que agrega una carga positiva para neutralizar la negativa y así hacer más suaves las prendas.
Tejidos sintéticos
Todo ello es muy positivo para los tejidos naturales como el lino, la lana o el algodón, pero en el caso de las prendas sintéticas, como el poliéster. Este tipo de tejidos, propios de la ropa deportiva, expulsan la humedad (el sudor, entre ellos) hacia fuera.
El suavizante le quita esta propiedad a los tejidos. La capa cerosa que crea en estas prendas bloquea dicha posibilidad. No sólo eso, con el paso del tiempo, llega un punto en que tampoco es posible que el agua y el detergente penetren y se hace más difícil sacar las manchas.
Toallas y limpieza
Un efecto parecido sucede con los productos para el secado como las toallas. El efecto del suavizante bloquea dicha capacidad. ¿La solución? Poner una taza de vinagre blanco en el próximo lavado y queda como nueva.
Los expertos recuerdan que la aparición de los suavizantes fue porque los detergentes, en el pasado, eran más duros, tenían peor olor y dejaban la ropa muy rígida. Cierto es que su uso deja la ropa más suave pero eso no implica que quede más limpia.
Sostenibilidad y manchas
Con una crisis climática como la actual, es también importante considerar el impacto medioambiental del uso de este tipo de productos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alerta de que contienen tensioactivos catiónicos sustancias que no se biodegradan fácilmente, y menos en el agua. Tras su uso, éstos se convierten en vertidos y estos son tóxicos para los organismos acuáticos.
Si pese a todos estos inconvenientes se apuesta por usar el suavizante, se recomienda no hacerlo en mayores cantidades de las recomendadas. Si uno se excede incluso pueden aparecer manchas entre azules y grises, muy cerosas y difíciles de eliminar.
Tipologías
Para los que sigan apostando por el uso de estos productos, los expertos recuerdan que hay tres tipos. Los más efectivos para para eliminar olores y dejar la ropa son los suavizantes líquidos, aunque son más contaminantes y caros.
Los que apuestan por los granulados o que contienen cristales conocen que es más barato y deben saber que son menos contaminantes, claro que no siempre es más efectivo, puede dejar la ropa áspera. Por último, están las toallitas para secadoras, que son fáciles de usar y desechar y son algo más económicas.