El Trivial, el Monopoly, el Risk… Todos ellos son juegos de mesa clásicos, muy entretenidos, para pasar horas jugando en casa con amigos. Pero para aquellos más atrevidos, para los que busquen la chispa de la vida, hay otros juegos mucho más gamberros que conseguirán que no paren las risas. Jelly Belly Bean Boozled, Guatafac y The Voting Game son algunas de las propuestas que llegan directas a casa, al camping o a la playa para disfrutar de un tiempo muy divertido con amigos.
Para estos juegos, lo primero que hay que tener claro es que consiste en pasar un buen rato, sin tapujos ni vergüenza. Para otros, es necesario tener algo de estómago, ya que es posible que se prueben comidas no demasiado agradables. ¿El resultado de todo esto? Un tiempo divertido, con opciones más desenfadadas que los clásicos juegos de mesa familiares de toda la vida, que ayudan a pasar el rato, pero que no son tan divertidos. Lo único que hay que tener en cuenta es que no son juegos para todos los públicos.
Jelly Belly Bean Boozled
La actriz Sara Sálamo lo llevó a La Resistencia, de David Broncano, dando lugar a uno de los vídeos más divertidos de esta última temporada. Este es el juego para el que los jugadores necesitarán tener algo de estómago. El contenido del paquete es muy simple: una ruleta, unos caramelos y una pequeña hoja de instrucciones. Su jugabilidad no puede ser más sencilla. Por turnos, hay que tirar la ruleta, momento en el que saldrá un color. Se debe elegir entonces un caramelo masticable de este color.
Y nada más. El truco sería en que la gracia del juego viene ahora, una vez que se ha escogido el caramelo, el jugador verá dos opciones en su tarjeta. Cada color corresponde a dos sabores opuestos, uno agradable y otro repulsivo. Por ejemplo, el caramelo verde puede ser de pera o de vómito. Los sabores están muy logrados y sin duda arrancará las risas del resto de jugadores. A simple vista es imposible diferenciar un sabor de otro, por lo que todo queda al azar. Es un juego rápido, pero muy divertido.
Guatafac
Con una duración mucho más larga (que estará marcada principalmente por la cantidad de tiempo que le quieran destinar los jugadores), este es un juego de cartas en el que se busca despertar las risas y las confesiones de los que se sienten a la mesa. Se recomienda jugar entre 3 y 15 jugadores. El mazo contiene 400 cartas con preguntas variadas y 80 cartas especiales, con acciones. La jugabilidad es sencilla, pero se recomienda que jueguen mayores de 18 años, ya que algunas preguntas pueden ser subidas de tono.
Para jugar, hay que designar a un “Maestro guatafac”, que será el árbitro. Por turnos, un jugador saca una carta y se la leerá a su jugador de la izquierda, que tendrá ocho segundos para responder. Si la respuesta se toma como válida, se podrá quedar la carta y acumularla en su mazo. El ganador será aquel que más cartas conserve al final de la partida. La gracia del juego recae en las preguntas. Por ejemplo, “confiesa 3 leyes que violes regularmente”, “cita 3 razones por las que mearle encima a un amigo” o “cita 3 verduras con un uso diferente al culinario”.
The Voting Game
¿Quién conoce mejor al resto del grupo? En este juego, también recomendado para mayores de 18 años, de nuevo se ponen en circulación cartas con preguntas, pero esta vez enfocadas de un modo diferente. Por cada ronda se saca una carta, que se coloca en el centro de la mesa. A cada jugador se le asigna un número y se vota de forma secreta a aquel que más se identifica con la pregunta propuesta en cada ronda. Aquel que obtenga más votos al final las rondas será el ganador.
La clave del éxito de este juego reside en las risas que provoca ver lo que los amigos piensan los unos de los otros. Las preguntas pueden ser, por ejemplo, “¿quién sobreviviría a un apocalipsis zombie?” o “¿a quién te gustaría verle su historial de Google?”. El juego está en inglés, pero con un mínimo de conocimientos de uno de los participantes es suficiente para que pueda traducir al resto. Contiene 200 cartas con preguntas diferentes en cada una de ellas.