Poncho era un perro policía diferente. Es un animalito con cerca de 10 años de vida donado por una familia a una comisaría y adiestrado por Javier Ramírez, su guía. El hombre le entrenó para detectar explosivos en la lucha antiterrorista, además de ser uno de los pioneros en la utilización de un puntero láser para marcar puntos concretos que el can debe olfatear.
A diferencia de sus compañeros caninos, este agente de cuatro patas aprendió a realizar la reanimación cardiopulmonar (RCP) a quienes necesitaban de su ayuda. Le enseñaron a comprobar la respiración de los humanos, además de la maniobra de reanimación que corresponde y, a pesar de lo graciosa que pueda parecer la escena, sirve perfectamente para mostrar a los niños en qué consiste esta práctica que salva tantas vidas al año.
Esto es lo que tienes que saber del perro que practica RCP / NOW THIS
Poncho, un policía diferente
Como si fuera una unidad más del cuerpo de la Policía Municipal de Madrid, Poncho vestía su propia sirena. Pero, a pesar de su profesionalidad, no era capaz de seguir el ritmo, ni medir los latidos del corazón, ni de insuflar aire a los pulmones del humano. Eso sí, su actuación formaba parte de un espectáculo que sirve para aclarar a niños o ancianos en qué consiste una RCP, la maniobra más utilizada en primeros auxilios.
Sus compañeros lo reconocen como el héroe que es, aunque su práctica no fuera del todo efectiva. "Heroica actuación de nuestro compañero de cuatro patas", comentaban sus colegas durante sus actuaciones. Y es que Poncho era un policía muy especial, y muy querido por sus compañeros. Ahora, disfrutando de su jubilación, sigue ayudando a los demás gracias a las grabaciones de sus maniobras.