Las Crónicas del Taco: cuatro templos donde probar esta delicia mexicana

La gastronomía mexicana tiene muchas particularidades que se diluyen con la distancia y la mezcla de culturas. La globalización, la dictadura de la comida rápida y la progresiva conversión de muchos de estos platos a lo tex-mex, sobrenombre utilizado para referirse a los platos mexicanos preparados al estilo estadounidense, han hecho que muchas personas piensen que comer comida mexicana es solo atiborrarse a nachos y burritos.

Sin embargo, existen otros muchos grandes platos en esta rica gastronomía y uno de los más conocidos (pero peor preparados fuera de México) son los tacos. El título de este artículo no es para nada un juego de palabras o un vulgar clickbait. Existe una cultura tal alrededor de este plato que hasta Netflix ha producido un documental titulado Las crónicas del taco, en el que le dedican un capítulo a cada una de sus preparaciones. Pero hoy toca centrarse en los mejores lugares para degustarlo dentro de nuestras fronteras.

La Taquería

Comienza este viaje culinario en la ciudad de Barcelona, concretamente en Passatge de Font número 5. La Taquería es uno de esos restaurantes acogedores y cuenta con un sugerente dicho mexicano como lema de presentación: “El mejor amigo del hambre es el taco”. Y qué razón tienen, porque su elaboración y presentación es de las más cercanas a lo que cualquiera podría encontrarse en un puesto de cualquier calle del país azteca.

Del trompo (típica pieza de carne de la que el taquero va cortando sus porciones con una espada) se pueden probar los tacos al pastor, con su buen trozo de piña, como no podía ser de otra manera, o bien lo mismo pero en gringa (la carne entre dos tortillas grandes con queso gratinado). Aunque la especialidad de la casa es la arrachera, un tipo de carne muy jugosa que se cocina con una salsa picosita, pa que amarre, como dicen en México.

Mawey Taco Bar

Si se coge el puente aéreo, en la capital se puede disfrutar de un concepto de tacos totalmente diferente, con una pasión desmedida por la materia prima de calidad y la idea de que los tacos no son intocables. Esa idea lleva a los chefs Fernando Carrasco y Julián Barros a crear un restaurante para disfrutar de unos buenos tacos fusión. Un restaurante con dos locales, en la calle Olid número 6 y en San Bernardo número 5.

Bandeja con cuatro unidades de taco / TAI’LS CAPTURES - UNSPLASH

Lo más destacado de su carta son los tacos campechanos de vaca rubia gallega con tres chiles y piparras, la cochinita pibil (todo un clásico con su cebolla roja encurtida) y los tacos gobernador, con langostinos, queso oaxaca fundido y polvo de kikos. A veces también tienen brisket, ahumado durante horas, con el que completan una carta variada y que no tiene miedo de mezclar lo auténtico con lo tradicional.

Takos al pastor

Sin salir de Madrid, cambiamos de ambiente para volver al concepto de tacos callejeros. El restaurante Takos al pastor se reconoce desde lejos porque siempre tiene una larga cola, a veces hasta más de media hora, de espera para probar sus tacos. Por algo será. Y es que su arrachera y su suadero son dos de las carnes más deliciosas que se pueden probar en este tipo de platos mexicanos.

El establecimiento ya cuenta con dos locales abiertos en la capital, Abada 2 y Botoneras 7, y parece que siguen sin dar abasto debido la creciente demanda de este tipo de comida. Pero sin llevar a engaño a nadie, cabe reconocer que su política de calidad y precio (de 1 a 3 euros por taco) es más que ganadora. Si se quiere disfrutar de una botanita para calmar el hambre antes de iniciar una dura velada con amigos, este es el sitio adecuado.

Canta y no llores

Cielito Lindo es una de las canciones más conocidas de la rica cultura mexicana y en su letra lleva el nombre de este local de la Ciudad Condal, ubicado en la calle Princesa, 53.

Un sitio que presume de ofrecer calidad y cantidad en sus raciones y que cuenta con salsas de elaboración propia que no pueden faltar en un buen taco. Eso y un menú del día por 12 euros para probar todo lo que a uno se le antoje.