¿Puede morir una mujer al colocarse un tampón? La óbito de Maëlle, una joven belga que falleció esta semana a causa de un síndrome de shock tóxico (SST) tras utilizar un producto sanitario femenino, ha reabierto el debate sobre este extraño fenómeno bacteriano.
Maélle sufrió un shock séptico, una complicación vinculada a una infección, tras poner en su vagina el producto para regular el flujo menstrual. La joven de 17 años, "deportista y vital", según su familia, tuvo la mala suerte de que el tampón contenía toxinas que generan bacterias. Los microorganismos peligrosos que se han identificado hasta ahora son del género Staphylococcus y Streptococcus. Algunas cepas de estas células pueden producir una toxina que, a su vez, infecta la sangre del cuerpo humano, intoxicándola.
¿Cuáles son los síntomas?
Los ginecólogos alertan de que el SST es muy infrecuente. Algunos de ellos completan su carrera laboral sin haber encontrado un solo caso de esta infección. No obstante, los facultativos también apuntan a que los síntomas a los que deben estar alerta las mujeres si experimentan malestar tras utilizar un producto sanitario. Éstos incluyen fiebre alta súbita y sin explicación aparente; vómitos y diarrea; tensión muy baja; confusión; dolor muscular o erupciones cutáneas.
Asimismo, se impone permanecer alerta ante el enrojecimiento de los ojos y/o la boca y si hay convulsiones. Es especialmente importante detectar los síntomas de un cuadro así a tiempo porque, de lo contrario, el estado de la paciente se puede complicar, derivar en una infección generalizada y provocar un fallo multiorgánico.
¿Por qué los tampones son la causa?
Los productos sanitarios para mujeres presentan un nivel de asepsia adecuado, salvo en muy raras ocasiones. Para redoblar la seguridad, los médicos aconsejan cambiarse frecuentemente el tampón cuando se está usando, con ventanas de uso de entre cuatro y ocho horas. ¿Por qué? Porque la colocación en el interior de la vagina y su capacidad de absorción son dos factores que favorecen la producción de toxinas.
En cualquier caso, el síndrome del shock tóxico no está asociado exclusivamente a los tampones --también puede desarrollarse tras una intervención quirúrgica-- y, además, se puede tratar. Los sanitarios pueden eliminarlo con antibióticos que atacan el origen de la infección. Tras ello, el enfermo necesitará monitorización de sus constantes vitales, reposición de fluidos y control de la tensión arterial.