El Monasterio de Poblet: un lugar para descubrir

Inmerso en un paraje rico en flora y fauna, donde destacan la presencia de álamos, se encuentra el Monasterio de Poblet. Esta construcción, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO ha vivido etapas tanto de máximo esplendor como de hundimiento en la oscuridad. La abadía de prototipo cisterciense quedó totalmente abandonada tras las desamortizaciones de Mendizabal que afectaron a toda la institución eclesiástica.

Tras vivir este periodo oscuro, el templo volvió a recuperar sus hábitos de culto y un gran número de monjes comenzaron a retornar. Antes de sus peores experiencias se convirtió en el panteón real de la Casa de Aragón. Dentro del Monasterio descansan los cuerpos de Juan II de Aragón o el Conde de Urgell entre otros. Su ubicación se encuentra dentro del término municipal de Vimbodí i Poblet, una localidad de la Cuenca de Barberá.

Mucha historia

Tarragona es una provincia que cuenta con municipios cuyo interior alberga un importante patrimonio histórico. Montblanc, Miravet o el propio Vimbodí poseen construcciones y monumentos históricos únicos en su especie. Además del conocido Monasterio, en los alrededores de Vimbodí se han llegado a encontrar restos arqueológicos, como los descubiertos en el Molí del Salt que se corresponden con una antigüedad de 14.000 años.

Aunque usualmente el municipio es conocido como Vimbodí, el nombre original desde el año 2006 es Vimbodí i Poblet. Esta última anexión se debe al nombre del monasterio, de ahí su importancia histórica en el territorio. El templo forma parte de una red de senderismo que conecta los monasterios más importantes dirigidos por la orden cisterciense.

Ruta del Cister

Los monasterios de Santa Ceus, Vallbona de les Monges y Poblet quedan unidos a través de esta ruta inmersa dentro del GR175, un derrotero que forma parte de la red de senderos del continente.

Un total de 105 kilómetros sin excesivos desniveles en el trayecto donde, además de visitar los distintos lugares de culto, se puede disfrutar del entorno ofrecido por las montañas de Prades y el Paraje Natural de Interés Nacional de Poblet, así como de la historia que aguardan los pueblos que atraviesan el camino.