Según el último informe de la Asociación de fabricantes y distribuidores (AECOC) Hábitos de aprovechamiento de los alimentos en los hogares españoles, los ciudadanos de entre 25 y 34 años continúan siendo el grupo de edad que mayor cantidad de alimentos despilfarran. Este situación se atribuye, principalmente, a dos factores. Por un lado, una mala planificación de sus compras que provoca que no puedan consumir sus alimentos diarios a tiempo. Por otro, al desconocimiento existente entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente.
No obstante, el mismo estudio revela que el 43% de los encuestados cree que un producto es seguro aunque esté caducado. Mientras que el 73% afirma consumir alimentos aunque se haya rebasado su fecha de caducidad. Únicamente para un 14% de los encuestados la fecha de caducidad representa un indicador lo suficientemente importante como para tirar un producto a la basura.
Existe todavía mucha confusión
En palabras de Núria de Pedraza, responsable del proyecto de AECOC, "existe todavía mucha confusión" a la hora de discernir entre la información que arroja al consumidor ambas fechas. Hasta un 40% de la población no conoce las diferencias entre ambas. Mientras que la fecha de caducidad marca el límite temporal a partir de la cual un alimento no puede ser ingerido en condiciones de seguridad, la fecha de consumo preferente hace referencia al momento a partir del cual un alimento ya no conserva todas sus propiedades, pero se puede seguir consumiendo en condiciones de seguridad.
El mismo estudio refleja que los hogares españoles tiraron a la basura un total de 1339 kilos/litros de comida y bebida en el año 2018, un 8,9% más que en el mismo periodo del año anterior. Y lo cierto es que parece que la tendencia no da muestras de que esta situación vaya a cambiar en los próximos meses.
Frutas y verduras
AECOC afirma que los alimentos que más se desperdician son las frutas y las verduras. Seguido de la bollería, las salsas y los embutidos.
Sin embargo, la percepción de los hogares españoles es muy diferente. Casi el 92% de los encuestados afirma no tirar alimentos al cubo de la basura. Una percepción muy diferente a la realidad vivida en nuestro país.