Aunque solemos centrarnos en el estrés o la falta de sueño, uno de los problemas que acarrea la vida moderna lo experimentamos en nuestra dentadura. Los  ritmos acelerados y comer en el trabajo hacen que no sea posible en todas las ocasiones tener tiempo para cepillarnos. Esto puede terminar por generar daño a nuestros dientes, aunque es posible reducir el riesgo a través de la alimentación.

Si no tenemos un cepillo de dientes a mano, lo mejor es seguir los consejos de la Asociación Dental Americana y comer alimentos ricos en fósforo y calcio, que cuidan de la salud de los dientes. Destacan los lácteos, la carne, el pescado y los huevos.

Una foto de archivo de dos yogures, uno de los diez alimentos que se puede comer pasada la fecha de caducidad

Los derivados lácteos ayudan a cuidar la salud bucodental 

La saliva importa

También son recomendables las frutas y verduras, como señala ABC, debido a su contenido en agua y fibra. Estas además de ayudar a limpiar los dientes, producen más saliva, que neutraliza las bacterias y combate las caries.

Asimismo, es importante mantener un consumo responsable sobre aquellos alimentos que dañan la boca. Si atendemos a la Asociación Dental Americana, hay una serie de productos que resultan perjudiciales para la salud bucodental.

Alimentos a evitar

  • Alcohol: Un consumo excesivo provoca sequedad de boca y falta de saliva, lo que deja los dientes sin protección ante las bacterias.
  • Cítricos: Aunque comerlos es bueno para salud, un consumo abusivo acaba por dañar el esmalte.
  • Masticar hielo: El cambio brusco de temperatura que experimentan los dientes genera la dilatación de los vasos sanguíneos y de los nervios, cosa que puede acabar por calcificar la zona y derivar en pérdida de sensibilidad. De hecho, en casos extremos se puede llegar a perder algún diente por esta práctica.
  • Café, té y bebidas isotónicas: Aunque no resultan perjudiciales y su consumo nos ayuda, especialmente el de los isotónicos tras hacer deporte, el exceso de aditivos, azúcares y ácidos pueden dañar el esmalte.
  • Refrescos y caramelos: Estos productos se componen en un alto porcentaje de azúcar, cosa que puede ser perjudicial para los dientes y que acaba generando caries.
  • Frutos secos y snacks: Tanto la fruta deshidratada como los frutos secos, contienen un componente un tanto pegajoso que puede permanecer en los dientes y provocar caries. El mismo problema ocurre con las patatas crujientes y otros aperitivos que contienen almidón, que se queda pregado entre las muelas.