Las conservas son una opción muy socorrida cuando no se tiene ganas de cocinar o se quiere salir al paso de un imprevisto. Basta con abrir una lata para solucionar una comida o una cena. Además, los productos enlatados --más allá de ser la mejor forma de conservar los alimentos-- sirven de base o complemento para infinidad de recetas. Y entre las conservas, destacan los mejillones en escabeche, que suelen gustar a todo el mundo.
El escabeche es un marinado que aprovecha el vinagre para alargar el tiempo de conservación, e incluye --además del vinagre-- aceite, hojas de laurel y granos de pimienta. Normalmente, los mejillones para conserva se recolectan en la época de verano y se escabechan tras cocerlos al vapor, mientras que el pimentón les da el típico color anaranjado. Aquí van algunas de las mejores y más sencillas recetas que se pueden hacer con una lata de mejillones en escabeche:
Montadito de mejillones en escabeche: basta con un pequeño bocadillo donde se colocan los mejillones en escabeche escurridos dentro del pan sobre una cama con un poco de lechuga y una rodaja de tomate. A continuación se adereza con una salsa de mostaza y mayonesa (tres partes de mahonesa por una de mostaza). Y, si se quiere dar un toque especial, se puede añadir el escabeche a la mostaza.
Pincho de patata con mejillón: es una variante del típico pincho de patata frita con mejillón. Se calientan seis minutos al microondas unas patatas baby cortadas a la mitad, y sobre ellas se extiende mayonesa aderezada con el escabeche de una lata de mejillones. Finalmente, sobre cada patata se pincha un mejillón.
Paté de mejillones: se utiliza una lata de mejillones en escabeche, una de atún y dos quesitos en porciones. Se mezcla todo en la batidora. Y así se consigue un paté que se extiende sobre una tostada y que es el aperitivo perfecto.
Espaguetis con mejillones en escabeche: se cuece la pasta y, en paralelo, se rehoga con ajo y cebolla. A los dos minutos, se añade el escabeche de los mejillones y tomate frito. Se escurre la pasta, se mezcla con el refrito y se calienta todo. Finalmente, se sirve en cada plato la ración correspondiente de pasta y se colocan encima unos mejillones con un poco de orégano. A esto se le puede añadir el toque personal que se estime oportuno.