Crean una galleta rellena de crema de 73 kilos

El Libro Guinness de los Récords no para de añadir a sus páginas nuevos hitos y hazañas sorprendentes. Si hace unos días te hablamos de que el portero del Manchester City había inscrito su oro después de conseguir el saque de puerta más largo de la historia y de la bloguera que había visitado doce parques Disney en tres días, hoy le toca el turno a un récord Guinness de lo más dulce: la galleta rellena de crema más grande del mundo.

El personal de Mondelez Bahrain Biscuits W. L. L. fue el encargado de crear una gigantesca galleta Oreo de 73,4 kilos de peso, una invención que sirvió para anunciar la adquisición y apertura de una nueva fábrica el pasado mes de mayo en Baréin.

Una galleta 6.500 veces más grande de lo habitual

La galleta que batió el récord Guinness fue preparada utilizando la masa y la crema reales que se usan habitualmente en las de tamaño normal. Teniendo en cuenta que éstas normalmente pesan 11,3 gramos por unidad, la creación supuso cocinar una galleta 6.495 veces más grande de lo habitual.

Empleados de Mondelez posan con la galleta y con el certificado de Guinness World Records / GUINNESS WORLD RECORDS

Empleados de Mondelez posan con la galleta y con el certificado de Guinness World Records / GUINNESS WORLD RECORDS

El anterior récord Guinness a la galleta más grande rellena de crema databa de 2011, cuando Hoppe Food Group & Midden Brabant College creó una galleta de 28,24 kilos en los Países Bajos.

Un trabajo en equipo

“Estamos extremadamente orgullosos de haber batido el récord mundial de la galleta rellena de crema más grande en nuestra planta recién establecida en Baréin", confesó Mohamed Shalaby, director de planta de la empresa. "Me gustaría felicitar al equipo por su determinación de lograr este hito mundial. Ha sido maravilloso verles unir fuerzas para hacer historia, especialmente en una ocasión tan trascendental con la inauguración oficial de la planta".

Una vez que el récord fue verificado, los empleados de la fábrica pudieron degustar la galleta que habían colaborado a cocinar. Sin duda, seguramente fue el mejor momento.