Uno de los ingredientes que no faltan en un aperitivo a media tarde junto con una cerveza o una copa de vino: los cacahuetes. Y no, no se trata de un fruto seco, sino de una legumbre que cuenta con numerosas propiedades de lo más beneficiosas para la salud entre ellas el ayudar a prevenir todo tipo de accidentes de tipo cardiovascular.
Arachis hypogaea es el nombre por el que se conoce a esta legumbre perteneciente a la familia de las Fabaceae cuyos frutos en forma de vaina en ocasiones se asocian por su morfología a los frutos secos; de ahí la confusión con el cacahuete. Pero hay más. Y es que aunque comparte familiaridad con las lentejas o los guisantes, lo cierto es que su contenido nutricional y su forma de consumirlo (a modo de snack) hacen que en ocasiones se genere esa confusión.
Beneficios y propiedades
Recomendables para una dieta saludable. Esta es la sentencia que hacen desde la Organización Mundial de la Salud acerca de sus sanas propiedades para el organismo ya que su consumo contribuye a mejorar la salud cardiovascular, minimiza el riesgo de sufrir patologías neurológicas como es el caso del alzhéimer, además de servir como prevención ante enfermedades inflamatorias.
Desde un punto de vista nutricional, esta legumbre es una buena fuente de salud ya que aporta proteínas vegetales a todo aquel que la consume, así como potasio, magnesio, fósforo, ácido fólico y vitaminas del grupo B y E (estas últimas son esenciales para cuidar la visión, la salud de la sangre, el cerebro y la piel). Todo un cóctel de buenas noticias que ayudan a controlar la tensión arterial y a reforzar las defensas del sistema inmunitario. Pero hay mucho más.
Prevenir un ictus
Una de las bondades del cacahuete, al descubierto gracias a un estudio de la Asociación Estadounidense para el Accidente Cerebrovascular y la Universidad de Osaka, sugiere que es eficaz a la hora de reducir el riesgo de sufrir un ictus especialmente en el caso de la población asiática. Y todo gracias a que esta legumbre es rica en nutrientes favorables para el corazón como es el caso de ácidos grasos mono y poliinsaturados, minerales, vitaminas y fibra dietética.
Algo que pudieron comprobar en el análisis realizado para tal fin entre más de 74.000 participantes, tanto hombres como mujeres, con edades comprendidas entre los 45 y los 74 años. En total, este estudio se centró en sus hábitos de vida y de alimentación a lo largo de 15 años. Es así como observaron que los que habían consumido cacahuetes de forma más habitual tenían un 20% menos de riesgo de padecer un ictus isquémico, un 16% menos de riesgo de ictus en general y un 13% menos de riesgo de sufrir algún tipo de enfermedad cardiovascular.
Consumo moderado
Eso sí, los mismos expertos y profesionales de la salud mencionados al principio defienden que pese a esa buena noticia la ingesta debe ser moderada y hacerse de vez en cuando si uno no quiere recibir un aporte extra de calorías. Eso por no hablar de que un consumo excesivo puede resultar contraproducente en el caso de los pacientes que sufran de ciertos problemas hepáticos, trastornos del sistema digestivo o aumento del colesterol.
Lo más recomendable, como recuerdan desde la Organización Mundial de la Salud, es tomar de forma diaria no más de 30 gramos; o lo que es lo mismo una veintena de cacahuetes. Un consumo que en la mayoría de las ocasiones se hace en crudo, como tentempié, pero que admite un sinfín de elaboraciones o preparaciones. Eso sí, si se quieren evitar esas calorías de más, lo mejor es no hacerlos ni fritos ni con miel u otros añadidos ricos en azúcares.
Recetas con cacahuete
Para sacar el máximo partido a este primo hermano de los frutos secos, pese a que es una legumbre, el recetario tiene un amplio catálogo de platos en los que el cacahuete es el principal ingrediente. Es el caso de la conocida crema de cacahuete que se prepara con cacahuetes tostados sin sal, algo de mantequilla, una cucharada de aceite de sésamo y un poco de azúcar; o el clásico bizcocho con harina, cacahuetes molidos, azúcar, huevos, aceite de oliva, levadura y ralladura de lima. Para dar un toque de lo más exótico se puede añadir también mango o fresas.
Pero, además de para preparar postres, esta legumbre demuestra su versatilidad en la cocina a la hora de incorporarse como un elemento más de saludables ensaladas de brotes verdes, junto con pastas y arroces o como acompañamiento para preparar recetas asiáticas donde el pollo o el pato sean los protagonistas indiscutibles.