El problema de las fake news (noticias falsas) que puebla internet se extiende también al territorio publicitario. Gracias a la introducción de la publicidad en plataformas digitales tales como Instagram, Facebook, Twitter o TikTok, las marcas han conseguido un canal directo con sus consumidores a través de los conocidos influencers. Sin embargo, la mala gestión llevada a cabo ha derivado en un nuevo fenómeno, el fake advertising (publicidad engañosa).
Estas nuevas figuras de la prescripción publicitaria, la mayoría sin asesoría de firmas especializadas, son capaces de recomendar en sus redes cualquier tipo de producto, sea cual sea su opinión real sobre el mismo. En los últimos días algunos han compartido contenido en sus perfiles sociales que han puesto en duda su credibilidad y por consecuencia, la de la marca representada.
El caso más reciente ha sido el de Marta Pombo, la influencer española que cuenta con más de 381.600 seguidores en su cuenta personal de Instagram y que es hermana de María Pombo, una de las referencias en ese sector. La mediana de las hermanas Pombo compartió un video en su perfil con el que promocionaba unas tortitas de la marca Foodspring. Acto seguido, compartió por equivocación en su perfil otro video destinado a su grupo cerrado de mejores amigos. En esa siguiente publicación divulgada por error criticaba el sabor del producto y agregaba comentarios negativos: “No podía decir que las tortitas saben a dieta” o “tenía que decir algo positivo”.
El resultado de su equivocación en Instagram fue la inmediata retirada de la campaña por parte de la empresa anunciante y para Pombo una fuerte lluvia de críticas, ya que sus propios seguidores advirtieron de que había hecho publicidad engañosa.
Más casos detectados
Otro caso de publicidad engañosa en la plataforma social es la del influencer Àlex Domenech, el hermano de la conocida influencer Dulceida. Alex compartió, en varias ocasiones, imágenes de su colaboración con la marca de vehículos Mini, de la cual es embajador público.
En diversas publicaciónes en su perfil comentó que había sido una “experiencia brutal” conducir el coche eléctrico, aunque la realidad es que no está claro que el influencer disponga del preceptivo permiso de conducir. De hecho, los especialistas consultados alertan que lo más normal resultaría que Domenech hubiera presentado una grabación en la que conducía el automóvil. La campaña, realizada en Estados Unidos, no ha dejado huella alguna de su supuesta conducción con el modelo de la marca de coches deportivos perteneciente al grupo BMW.
En el sector del marketing digital se da por descontado que, en este caso, el popular prescriptor no sólo estaría mintiendo a sus seguidores con publicidad engañosa, sino también a la marca que contrata sus servicios, en el caso de que la empresa automovilística desconociera ese detalle. Incluso, según otras fuentes, podría haber cometido una irregularidad administrativa en el supuesto hipotético de que realmente hubiese conducido un vehículo sin disponer del permiso de conducción.
Tanto los propios influencers como sus managers o agencias de representación son los responsables de la relación con las marcas anunciantes y de los contenidos que comparten ellos mismos o sus representados. En ambos casos se da la circunstancia de que la mala gestión ha presidido los intentos de enviar mensajes publicitarios a través de ambos populares personajes de la red de Instagram.