El auge del turismo, en crecimiento constante durante los últimos años, ha dado origen a una nueva industria que gira en torno a este sector y su reflejo en internet. Páginas web de alquiler vacacional, comparadores de precios para reservar vuelos y viajes o plataformas para la orientación de los turistas han aparecido por decenas para ayudar a los usuarios a encontrar su destino, hotel o restaurante perfecto.
Entre este tipo de páginas se encuentra TripAdvisor, un portal que recoge, por sectores, los mejores locales y actividades de cada destino. Desde bares y restaurantes hasta hoteles pasando por actividades de ocio o rutas turísticas tienen su lugar en esta plataforma. Sin embargo, su principal virtud es, a la vez, su peor defecto: mientras que la opinión de otros usuarios puede ser muy orientativa, los propios negocios emplean --en ocasiones-- técnicas fraudulentas para mejorar su clasificación en la lista.
Restaurantes inexistentes en el número uno
La capacidad de votar de los ciberusuarios ha hecho que, en ocasiones, haya habido locales que han alcanzado el mejor puesto de sus ciudades sin ni si quiera existir. Bien lo saben en Londres, donde hace meses The Shed at Dulwich se colocó en cabeza en la clasificación sin haber sido más que una broma. Anteriormente, el restaurante The Clink --dentro de la prisión de Brixton-- también consiguió alzarse con el número uno.
'Plato' inventado del restaurante ficticio The Shed at Dulwich
Mientras los locales de algunos de los chefs más reconocidos del mundo pugnan por subir en la lista, empresas de compraventa de opiniones falsas encuentran su nicho de mercado. Estas compañías se encargan de mejorar el posicionamiento de algunos establecimientos a cambio de una compensación económica. Esto afecta a numerosos países desde Rusia hasta Italia, y a muchos negocios que deben competir contra sus fraudulentos compañeros de gremio.
La plataforma se defiende sin éxito
Esta forma de fraude es difícil de combatir por parte de TripAdvisor y plataformas similares debido a la dificultad para demostrar la falsedad de las puntuaciones. Por cada caso de esta índole que se descubre, las empresas de posicionamiento salen airosas de otros tantos.
La reciente condena en Italia a los responsables de una compañía por vender opiniones falsas a otros negocios podría sentar el precedente que la plataforma necesita. Los mandatarios de esta empresa han sido condenados a nueve meses de cárcel y a abonar una compensación económica de 8.000 euros. Pero aunque TripAdvisor haya querido anotarse este tanto, son los establecimientos competidores quienes, con sus denuncias, han hecho posible la sentencia.