Un estudio explica por qué muchos salvarían a un perro antes que a un humano
Concluyen que sentimos más empatía con aquellos que vemos como impotentes o indefensos
10 noviembre, 2017 13:12Los animales, especialmente los perros y los gatos, son los animales de compañía predilectos por la mayoría. Muchos consideran a sus mascotas uno más de la familia y reciben un trato como el de otro miembro de la familia que sea humano. Una investigación ha confirmado que este amor que procesamos a los animales hace que seamos capaces de empatizar con los dramas caninos que con los de los humanos.
La organización benéfica de investigación médica Harrison’s Fund llevó a cabo un experimento para comprobar si las personas eran más propensas a donar dinero para ayudar a perros o a humanos. De esta manera imprimieron dos anuncios, uno con la imagen de un niño pequeño y otra con un perro, ambas acompañadas de la frase: “¿Darías 5 libras para salvar a Harrison de una muerte lenta y dolorosa?”
El cartel realizado por la organización benéfica Harrison's Fund
Tras publicar dicho cartel, la fundación recibió más donativos para salvar a los perros que a los humanos. Por ello, realizaron un estudio que concluuye que somos capaes de solidarizarnos más con nuestros amigos peludos. Para demostrarlo, los investigadores de la Northeastern University, Estados Unidos, repartieron a 256 voluntarios periódicos con noticias falsas. En todas se relataba la misma historia de un ataque perpetrado por un hombre desconocido con un bate de beisbol, lo único que cambiaba era la víctima: en una era un bebé de un año o un adulto de 30 años y en otras era un cachorro o un perro adulto de seis años.
Las conclusiones mostraron que los niveles de empatía más altos se registraron con las historias del bebé y los perros y los más bajos fueron ante el ataque al hombre de treinta años. Además, revelaron que muchas personas consideran a sus perros iguales que a miembros de su familia. También destacan que mostramos mayor empatía hacia aquellos seres vivos que consideramos impotentes, vulnerables e incapaces de cuidar de sí mismos.
“Vemos a las personas adultas capaces de protegerse, mientras que a los perros adultos los vemos como grandes cachorros”, asegura Jack Levin, coautor del estudio.