La brecha digital, la otra cara de la inteligencia artificial en la educación

El encuentro contará con una programación de más de 12 ponencias, paneles y talleres prácticos, así como con la participación de más de 30 investigadores y la asistencia prevista de 650 personas. La mánager del clúster, Anna Sansalvadó, ha conversado con este periódico sobre cuáles son algunas de las principales preocupaciones que existen actualmente en el ecosistema empresarial e institucional de las compañías tecnológicas y las entidades educativas que estarán presentes durante la nueva cita del congreso. 

Varios ponentes hablan sobre la aplicación de la IA en la educación en la última edición del EdTech Congress / CEDIDA

--Pregunta: Aunque hace tiempo que oímos hablar de ella, parece que ha sido ahora cuando la inteligencia artificial ha explotado a nivel mediático. ¿Qué ha pasado?

--Respuesta: Los avances en herramientas como ChatGPT la han puesto más sobre la mesa, aunque como dices, ya venía de antes. De hecho, cuando empezamos a definir hace un año las temáticas que podían aparecer en la nueva edición del encuentro ya dedicamos un día entero a hablar de IA en la educación. Cuando estalló todo esto, vimos que tenía todavía más sentido. No obstante, creemos que es importante no centrarnos sólo en el ámbito de ChatGPT y hablar también del uso que le podemos dar a estas tecnologías tanto en materia de políticas públicas como de centros educativos (en toda la parte de automatización y gestión), personalización del aprendizaje, tutorías inteligentes… Toca abrir un diálogo sobre ética y equidad y todo lo que se tiene que regular y protocolizar en toda esta inmersión tecnológica. 

--¿Las preguntas y debates que plantea la IA en el sector educativo las tienen que resolver los ingenieros o los profesores?

--Debería ser una tarea completamente conjunta. Nuestro lema del congreso es “Unir actores” y, aunque la entidad está formada por empresas y otras instituciones, el objetivo del clúster es ser un espacio colaborativo en el que se unan todos los agentes que forman la comunidad educativa. Por un lado está la importantísima labor de investigación (uno de los ejes principales de las ponencias) y por otro aquellas personas que elaboran las políticas educativas. Nosotros cuando planificamos el congreso no pensamos sólo en traer a ponentes de gran prestigio, sino también en involucrar a aquellos que viven el día a día de los centros educativos. Entre estos se encuentran los equipos directivos, que toman las decisiones, y los estudiantes. Este año hemos hecho por primera vez talleres con alumnos para identificar cómo estudian y cómo aprenden con las tecnologías. En estas sesiones previas tratamos de ver cuáles son sus inquietudes e identificar de esta manera tendencias. 

-¿Qué extrajísteis de estas jornadas con los estudiantes?

--Algunos de ellos estaban muy enterados al respecto y otros ni habían oído hablar de ello. Es interesante poder percibir y observar las diferencias que existen entre ellos, que evidencian cuál es la realidad y las brechas que existen actualmente en función de cómo de involucrados están los centros en la evolución de estas tecnologías. Más allá de este tema en concreto, reflexionamos sobre el impacto de la tecnología en sus procesos de estudio y aprendizaje, sobre cómo se ven ellos de preparados para su futuro o sobre cómo los docentes les ayudan en este viaje.

--¿Cómo notarán los estudiantes esta brecha digital en cuanto a las herramientas relacionadas con IA?

--En estos momentos es algo todavía complicado de definir. Lo que desde el clúster sabemos es que tenemos la responsabilidad de poner todos estos temas en el debate público para evitar que esta desigualdad se llegue a producir. Tenemos en los tiempos del Covid un gran precedente de brecha digital (en lo que se refiere a las desigualdades entre los alumnos a la hora de acceder a las clases virtuales) y ahora podemos tratar de actuar de forma preventiva para que esto no ocurra. Es difícil, pero será importante ver cómo desde el punto de vista de la regulación se estudia el cambio de paradigma que supondrá la IA a nivel de centros, profesores, estudiantes y empresas involucradas en aspectos de datos. 

Varios ponentes intervienen en la última edición del EdTech Congress / CEDIDA

--¿El veloz avance en IA puede pillar desprevenido al sector educativo? Recientemente veíamos cómo multitud de figuras de la industria tecnológica pedían frenar la investigación debido a que la sociedad podría no estar preparada para lo que viene. 

--Desde la institución tenemos la obligación de intentar ir por delante del impacto que vayan a tener estas tecnologías, y por eso creemos que no nos podemos relajar. No me gusta el término “preocupación”, pero diría que nuestra inquietud ahora mismo es fomentar este diálogo tanto a escala nacional como a escala europea, donde pertenecemos a la European Edtech Alliance, una asociación que agrupa a otros 16 clústeres europeos. En esta tratamos estos temas desde el prisma de la política europea. 

--¿Qué otras temáticas se abordarán durante las sesiones del EdTech Congress?

–Una de las que están presentes cada año como eje temático es la de la investigación en tecnología educativa. Creemos que es muy importante porque muchas veces no se acerca todo el progreso que se está llevando a cabo desde lo académico, desde las universidades, a los centros y a las personas a cargo de detallar las políticas educativas. Además, uno de los paneles de la nueva edición del congreso girará en torno a estas últimas. Contaremos con representantes de la Comisión Europea, el Ministerio de Educación y la Generalitat para analizar esta mirada a medio plazo. También hablaremos del Plan Digital de Centro, una estrategia digital que han tenido que diseñar todos los centros de España y que no solo contempla las inversiones en infraestructuras o hardware, sino también en los cambios sistémicos en las metodologías, la pedagogía y los sistemas de evaluación. 

–¿Cuál es el papel de los docentes en todo este rompecabezas?

–Ellos son los transmisores de conocimiento, los que acompañan y los que tienen que preparar a los alumnos. Deben ser muy conscientes de los cambios que supondrán los trabajos del futuro, aunque no los conozcamos todavía. La actual ley educativa, la LOMLOE, ya trata muchos de estos temas: el pensamiento crítico, las competencias transversales y la verificación. Es cada vez más importante estar muy preparados para no ser unos autómatas.