Un estudio de las universidades de Pittsburg y Stanford ha determinado que los sensores del acelerómetro de los teléfonos inteligentes pueden detectar las intoxicaciones por alcohol de sus portadores gracias al “balanceo de la marcha”, es decir, detectan cuando haces “eses” al andar.
La investigación, cuyos resultados se han publicado en el Journal of Studies on Alcohol and Drugs (Diario de estudios sobre el alcohol y las drogas), concluye que los niveles de alcohol superiores al 0,08% producen “cambios psicomotores que se manifiestan, principalmente, a través de la alteración del habla y la función motora fina y gruesa”. Una unidad de medida del desempeño psicomotor particularmente sensible al alcohol es el caminar, ya que requiere la coordinación de múltiples sistemas sensoriales y motores.
Esta actividad puede medirse fácilmente con ciertos sensores integrados en los teléfonos móviles inteligentes, que se utilizan, principalmente, en aplicaciones GPS como Google Maps.
El método
Entre agosto y diciembre de 2018, los investigadores reclutaron a 22 adultos mayores de 21 años que bebieran alcohol al menos una vez por semana y que hubieran superado la Prueba de Identificación de Trastornos por Consumo de Alcohol.
Los investigadores prepararon una dosis oral de etanol para alcanzar un pico objetivo en cada participantes, teniendo en cuenta su peso corporal y género, y mezclando la bebida elegida, el vodka, con jugo de lima y jarabe simple. A los participantes se les dio un máximo de una hora para terminar el consumo de alcohol, midiendo la concentración en sangre al inicio de la prueba y a las dos, cuatro y seis horas.
A los 22 adultos se les pidió completar una prueba de caminata cada hora durante las 7 horas que estuvieron en el estudio, durante las cuales llevaron un teléfono inteligente colocado en la zona lumbar. El test consistía en caminar 10 pasos en línea recta sobre una superficie plana alfombrada, teniendo que darse la vuelta si no se podía cumplir con las normas.
Mientras tanto, los teléfonos inteligentes midieron la aceleración y sus movimientos mediolaterales (de lado a lado), verticales (arriba y abajo) y anteroposteriores (adelante y atrás).
Un nuevo sistema de detección
Según los últimos datos publicados, más del 96% de los estadounidenses poseen un smartphone que está integrado casi universalmente con sensores que permiten mediciones inerciales de la marcha.
Ahora, gracias a este estudio, los investigadores han demostrado que las características de este sensor telefónico pueden relacionarse con la marcha y con las repercusiones que las concentraciones etílicas en sangre pueden tener sobre ella. Concretamente, la marcha mostraría evidencia de inestabilidad cuando la tasa de alcohol es superior a 0,08%, límite legal de alcohol en sangre en conductores adultos en los Estados Unidos.
Los investigadores consideran que los resultados de este estudio son “fundamentales” para construir una base de evidencia para la creación de futuros sistemas incluidos en los teléfonos inteligentes que detecten el consumo excesivo y “brinden apoyo justo a tiempo para reducir los riesgos asociados”.
Podría salvar vidas
Las investigaciones futuras deberían determinar si estos hallazgos se replican in situ, es decir, en situaciones no controladas, en las que el usuario consume alcohol libremente y sin supervisión. “La detección de la intoxicación en tiempo real podría ofrecer oportunidades para mejorar la prevención y el tratamiento de los trastornos por consumo”, explican los estudiosos.
Este hipotético sistema sería capaz, incluso, de desencadenar el apoyo remoto inmediato de un padrino para las personas alcohólicas en tratamiento, lo que reduciría el riesgo de recaída.
Consecuencias en la salud pública
También tendría consecuencias directas en la salud pública, pues disminuirían los riesgos relacionados con la conducción bajo los efectos de la bebida. La realidad es que ya existen varios métodos para el control en tiempo real del consumo de alcohol, como la monitorización transdérmica o el análisis portátil del aliento de los metabolitos del alcohol.
No obstante, los investigadores consideran que “las barreras para usar estos métodos incluyen los costos de compra del dispositivo y el estigma asociado a su uso en público”.
Sin duda, una app instalada en los teléfonos que alertara al usuario de que, según sus patrones de movimiento, ha superado la tasa permitida en sangre, podría evitar muchas situaciones de alto riesgo y democratizaría el uso de estos sistemas de control.