En la actualidad, algunas compañías ya apuestan fuerte por los teléfonos plegables. En el caso concreto de Samsung, la firma ha incluido en su catálogo el Galaxy Fold y el Galaxy Z Flip. Se trata de dos modelos a simple vista muy diferentes, pero que comparten una misma filosofía basada en el potencial de las pantallas flexibles y con la idea de un usuario cada vez más multitarea.
Pero ¿realmente valen la pena este tipo de teléfonos? En el caso del Galaxy Z Flip la verdad es que a medias. Este móvil, en concreto, es como una versión modernizada y táctil de los teléfonos de tapa. Sí, esos que usábamos hace ya algunos años y que tenían botones físicos.
Discreto y pequeño
Una de las principales ventajas del Samsung Galaxy Z Flip es su tamaño una vez plegado. Este modelo se pliega en vertical y es realmente compacto. Resulta muy fácil guardarlo en un bolsillo o bolso pequeño. Además, cuando se cierra la parte exterior del teléfono cubre y protege la pantalla.
Asimismo, este dispositivo sorprende por su ligereza para el tipo de teléfono que es. El Galaxy Z Flip pesa 183 gramos que, aunque pueda parecer mucho, es menos incluso de lo que pesan otros móviles que no son plegables.
El pliegue
Una vez abierto, el móvil cuenta con una alargada pantalla de 6,7 pulgadas y su línea es bastante fina y elegante. Tiene, por la bisagra que usa para su pliegue, unos bordes un poco más gruesos que otros buques insignia. Sin embargo, tampoco resultan molestos.
La línea que se marca en la pantalla por el pliegue es la parte estética que más puede molestar a algunos usuarios. Se aprecia mucho más cuando se consulta en el teléfono alguna información sobre un fondo blanco. Y al pasar los dedos por la hendidura también se nota un poco. Por fuera, sin embargo, Samsung ha acertado con la bisagra, ya que mantiene un diseño elegante con el logo brillante de la marca una vez doblado el teléfono.
¿Doble pantalla?
En el caso del Galaxy Z Flip, no obstante, la pequeña pantalla exterior que ha incorporado la firma cuando el móvil está plegado da para pocos juegos y experimentos. En realidad, se limita a conocer hora, recibir notificaciones de mensajes o llamadas y escuchar música. La única opción con gracia es que se pueden realizar selfies con el móvil cerrado pulsando dos veces el botón de inicio. El usuario se ve en la pequeña pantalla exterior para decir si quiere, o no, darle al botón y hacer la foto.
Asimismo, cuando el teléfono está abierto, pero un ángulo de 90 grados, lo que permite, en algunas aplicaciones, es poder usar el móvil como si tuviera dos pantallas separadas, una en la parte de arriba y otra en la base o parte inferior. Esto es útil, por ejemplo, a la hora de tomar una foto, ya que las funciones de la cámara aparecen en la parte de abajo y la imagen que se está captando en la superior. Pero, para que realmente esta doble pantalla tenga sentido y se puedan realizar dos tareas al mismo tiempo, como ver un vídeo y chatear con amigos, todas las apps propias y de terceros tendrían que adaptar su interfaz a estas pantallas plegables.
Cámara
Aunque en un teléfono plegable lo que llama la atención y acapara más miradas es su diseño, la cámara también es un punto fuerte para muchos usuarios. En el caso del Galaxy Z Flip, este móvil cuenta con dos cámaras traseras de 12 megapixeles y una delantera de 10 megapíxeles. Pero, la verdad, la calidad de las fotografías que toma el dispositivos es buena.
El zoom no es demasiado potente, pero las fotos tomadas en exteriores, en lente normal y gran angular, ofrecen un resultado de color, luz y enfoque muy positivo. Además, poder hacer selfies y fotos de grupo con este teléfono es mucho más fácil al poderlo apoyar sobre su propia base cuando está abierto.
No apto para todos los bolsillos
El precio puede que sea otro aspecto que frene a los usuarios. Aunque este teléfono es más barato que algunos modelos plegables ya disponibles en el mercado, no todo el mundo puede gastarse 1.500 euros en un móvil.
Además, la idea de que se compra un dispositivo dos en uno es, en este caso, incorrecta. El Galaxy Z Flip es un smartphone que ofrece características de gama alta y que funciona como el resto que hay en el mercado, con el plus de poder doblarse y tener un diseño diferente. Por tanto, no es un teléfono para todo el mundo, pero sí para algunos.