Cambio de planes radical. David Porter, vicepresidente corporativo de la división Microsoft Store, ha confirmado este viernes el cierre de todas las tiendas físicas del gigante. La nueva estrategia del grupo pasará ahora por centrar sus esfuerzos en la venta online.
Microsoft quiere "innovar en la forma en que interactuamos con todos los clientes". La compañía comenzó a abrir establecimientos físicos en Estados Unidos en 2010 y en 2017 levantó la persiana de su primera y única tienda en Europa, localizada en Londres. La mayoría de los espacios físicos de Microsoft se concentran en su país natal, con algunas tiendas en Canadá, Australia y Puerto Rico.
Un impacto negativo que supera los 400 millones
El cierre de los establecimientos tendrá un impacto negativo de aproximadamente 450 millones de dólares (401 millones de euros) en el último trimestre del ejercicio fiscal de la compañía, que concluye el próximo 30 de junio, según ha informado la multinacional. "Los miembros del equipo minorista de la compañía continuarán prestando servicios a los clientes desde las instalaciones corporativas de Microsoft y de forma remota llevarán a cabo ventas, capacitación y soporte", ha matizado la firma.
Asimismo, la empresa tecnológica ha explicado que "reimaginará" los Centros de Experiencia de Microsoft en Londres, Nueva York, Sydney y los campus de Redmond (EEUU). "Nuestras ventas han crecido a través del canal online y nuestro equipo ha demostrado su capacidad atendiendo a clientes más allá de cualquier ubicación física", ha matizado Porter.