Las compañías de coches eléctricos compartidos o carsharing han vuelto a operar esta semana en Madrid, tras más de dos meses de inactividad. Sin embargo, en Barcelona este servicio ni está, ni se le espera.

“Estamos muy interesados en Barcelona, pero no ha habido una fórmula que nos haya permitido operar en la ciudad hasta ahora. Quizá dentro de uno o dos años se le dé entrada a este tipo de servicios”, explica a Crónica Global el director de desarrollo de negocio de Share Now --compañía resultante de la fusión de car2go y DriveNow--, David Bartolomé.

Falta de apoyo

Esta alternativa al transporte público permite, además, evitar el uso de coches más contaminantes. “Nuestros vehículos no echan humo y usan energía eléctrica renovable”, subraya Bartolomé. Pero la política de la capital catalana es mucho más restrictiva con el aparcamiento en la vía pública, lo que dificulta el despliegue de este tipo de empresas. “Los vehículos eléctricos son caros y requieren de una infraestructura para su carga, por lo que necesitamos del apoyo total de la ciudad en la que nos instalemos”, añade Bartolomé.

Y lo mismo piensa la empresa Emov/Free2Move, que también ha comenzado a operar de nuevo este lunes 25 de mayo en Madrid. La firma lleva años intentado entrar en Barcelona sin éxito, dado que la normativa local todavía no lo permite. Por el contrario, estas compañías sí se han sentido apoyadas por el consistorio madrileño.

 

 

Vuelve Free2Move a Madrid / YOUTUBE

Reducir los niveles de contaminación y el ruido

Emov cuenta con una flota de 610 vehículos operando en la capital madrileña, mientras Share Now tiene 700 coches eléctricos. “En Madrid, los coches eléctricos no pagan por estacionar en la calle --y lo hacen sin límite de tiempo--, e incluso nos van a dar plazas exclusivas de aparcamiento en superficie. Necesitamos este tipo de ayudas logísticas y de circulación”, subraya Alejandra García, responsable de Comunicación de Emov.

Aunque este tipo de servicios son más caros que el transporte público, las empresas que se dedican a ello ponen de relieve que evitan que más gente opte por el vehículo privado. “No sólo es una opción ecológica, sino que además reduce los niveles de ruido. La contaminación mata a más gente que el Covid-19. Y nuestro modelo intenta dar una solución a este problema”, asegura Bartolomé.

Planes y previsiones a corto plazo

Share Now cuenta con un centenar de operarios que trabajan en su flota de coches eléctricos y aunque la firma confiesa haberse sentido “muy contra las cuerdas” por la crisis que ha provocado el coronavirus, espera en otoño alcanzar cuotas muy buenas. Además, para evitar prescindir de trabajadores durante el parón, la compañía ha optado por reducir la jornada laboral estos meses. Y en su vuelta a Madrid, Share Now ha fijado un plan de seguridad con patrullas de desinfección itinerantes y el uso obligatorio de mascarilla para todos los que usen el servicio. 

Emov, por su parte, confiesa que se han producido “ciertos cambios” en este período y aunque no ofrece información sobre si ha tenido que aplicar un ERTE o no, lo que tiene claro es que su apuesta por la movilidad sostenible en España continúa pese a todo. Para ello, está renovando poco a poco su flota en Madrid con coches como el Peugeot e-208, una versión 100% eléctrica cuya autonomía aumenta hasta 340 kilómetros para recorridos y trayectos más largos y no sólo desplazamientos urbanos.