Micolet es una web que nació hace más de un lustro en España pensando en aquellas personas que acumulan ropa en casa sin saber muchas veces qué hacer con ella cuando ya no la usan. Con la cuarentena, esta compañía no sólo ha experimentado un incremento de las compras online --un 60% más que antes de la pandemia-- sino también de la gente que quiere vender ropa por internet.
“Durante esta época, mucha gente está haciendo limpieza de armarios y ahora nos llegan dos camiones al día llenos de ropa cuando normalmente nos llegaba uno”, detalla a Crónica Global Aritza Loroño, cofundador de Micolet. El centro de la empresa que almacena toda esta ropa se encuentra en Bilbao y supera los 4.000 metros cuadrados, un espacio más que necesario estos días. “Tendremos unas 180.000 prendas en el almacén”, matiza.
El ‘decluttering’
En este sentido, otra conocida app de segunda mano, Wallapop, también confiesa que la cuarentena es un buen momento para hacer declutttering, es decir, deshacerse de las cosas que no se necesitan. De hecho, algunos psicólogos recuerdan que la sensación de derroche disminuye cuando se le da una segunda vida a las prendas en desuso.
Así, ya sea para ganar espacio, conseguir algo de dinero, sentirse mejor con uno mismo o ser más respetuosos con el medio ambiente, la verdad es que los españoles se están animando en estos momentos a comprar y a vender artículos de segunda mano.
Soluciones sencillas y rápidas
Por otra parte, la facilidad en todo el proceso también es importante. En el caso de Micolet, por ejemplo, la vendedora --la web de momento está enfocada en la moda femenina-- sólo tiene que empaquetar aquellas prendas que ya no necesita, dar su dirección a la empresa y en un día se procede a la recogida de la ropa.
Después se analiza el estado de la misma, se valoran las prendas y sólo si la usuaria está de acuerdo con los precios fijados se saca a la venta. “Cuando descartamos algo de ropa suele ser porque tiene algún roto, mucho desgaste o alguna mancha”, explica Loroño.
Toda precaución es poca en tiempos de Covid-19
Dada la situación de pandemia actual, la ropa que llega al almacén de Micolet para su venta pasa una semana en dicho espacio hasta que se fija un precio y después pasa otra semana más hasta que se publica en la web. “Es totalmente imposible contagiar el Covid-19 con la ropa que nos llega”, insiste el cofundador de la empresa.
Y lo mismo ocurre con las devoluciones, ya que las prendas permanecen una semana en el almacén hasta que se analiza su estado de nuevo. “No hemos visto que aumenten las devoluciones por la situación actual. Siguen manteniéndose en el mismo nivel que antes, entre un 8% y un 10%. En nuestro caso, además, los precios son bastante bajos y eso propicia que la gente se quede igualmente con la ropa o la regale si no le gusta o no es de su talla”, concluye Loroño.