Impossible Foods es una empresa estadounidense conocida por sus hamburguesas imposibles. Se llaman así porque, aunque parecen hechas de carne, no lo son. Están hechas con plantas. “La hamburguesa imposible tiene tanto hierro y proteínas como una porción comparable de carne molida de res, pero tiene 0 miligramos de colesterol, 14 gramos de grasa y 240 calorías en un cuarto de libra, mientras que una hamburguesa convencional tiene 80 miligramos de colesterol, 23 gramos de grasa y 290 calorías”, explica Patrick O. Brown, fundador de la compañía, a Crónica Global.
Pero las pretensiones y objetivos de esta firma californiana no acaban ahí. El primer lanzamiento fue el de la hamburguesa imposible en 2016; después, en enero de este año, sorprendía en la feria tecnológica CES de Las Vegas con su cerdo imposible, y también tiene intención de vender pescado y productos lácteos, vegetales por supuesto, alrededor del mundo. Sobre los planes de comercialización de la empresa de su carne imposible, la compañía no señala una estrategia concreta de fechas y espacios, pero asegura que “España está, por supuesto, en su hoja de ruta”, y también el resto de Europa.
Plan a largo plazo
De momento, su hamburguesa se vende en más de 17.000 restaurantes en Estados Unidos, Hong Kong, Singapur y Macao. “Se sirve como tacos, empanadas, albóndigas y, por supuesto, la clásica hamburguesa americana”, detalla Brown. Y entre sus principales clientes se encuentra la cadena Burger King, que también ha llevado este tipo de hamburguesas hasta el mercado español, aunque de la mano de otro proveedor, la compañía británico-neerlandesa The Vegetarian Butcher.
Sin embargo, el plan a largo plazo de esta empresa es reemplazar los animales en la cadena alimenticia para el año 2035. Es decir, que en 15 años ya no se coma carne animal. Si lo conseguirá o no, es cuestión de tiempo. “No podemos seguir usando la cría de animales para satisfacer la creciente demanda de carne”, insiste la compañía. De hecho, Brown fundó en 2011 Impossible Foods para abordar el problema urgente del cambio climático. Así, la carne imposible que ha creado esta firma “no contiene hormonas animales ni antibióticos” y, según ellos mismos detallan, “es deliciosa y nutritiva”.
Con la vista puesta en Asia
A corto plazo, es decir, a lo largo de este año y el 2021, esta empresa norteamericana, a la que no le gusta que llamen a su carne “falsa”, tiene entre sus prioridades expandirse internacionalmente, con el foco en Asia. Tras dedicar varios años al desarrollo de su carne imposible, ahora es momento de dar a conocer sus productos a una mayor red de clientes y establecimientos, conquistando diferentes ciudades y regiones.
“Entre que se fundó la empresa en 2011 y salió al mercado la hamburguesa imposible en 2016, hubo varios años cruciales de desarrollo antes de que el producto estuviera listo para el público. Pasamos muchos de esos años adquiriendo una comprensión amplia acerca de cómo crear carne a partir de plantas y hemos desarrollado una plataforma tecnológica que beneficia a todos los productos que crearemos en el futuro. Eso es lo que nos diferencia de otras compañías”, concluye Brown.
La firma emplea a unos 550 trabajadores, de los cuales 150 forman parte del equipo de I+D enfocado en mejorar los productos actuales y crear otros nuevos.