La historia se repite. Dos jóvenes catalanes, de entre 27 y 28 años, que se lanzan en 2013 a esa aventura que ahora llamamos start up. Juan Zamora y Javier Martínez no lo dudaron ni un segundo. Por aquel entonces ellos ya tenían claro que la gestión del papeleo podía hacerse mucho mejor. “Queríamos ofrecer una experiencia ágil y apta para todos los usuarios, pero dando la máxima garantía jurídica”, detalla Zamora a Crónica Global desde su oficina en el Distrito 22@ de Barcelona.
Su idea acabó siendo tan exitosa que ha cautivado a compañías de la talla del FC Barcelona, Banco Sabadell, Acciona, Vueling o Cuatrecasas, por citar algunos clientes. Todo ello en seis años y gracias a su servicio de firmas electrónicas bautizado como Signaturit.
Un viaje a Holanda que lo cambió todo
Como cuenta Zamora, un programa de tres meses en Ámsterdam, aunque al final se alargó un poco más, lo cambió todo. Tras formar parte de Incubio, la incubadora que por aquel entonces había en Poble Nou, Barcelona, surgió la oportunidad de entrar en el programa StartupBootcamp, en Holanda, centrado en la aceleración de compañías como Signaturit.
“Nos fuimos a Ámsterdam y el programa constaba de tres fases: aprovechar la red de mentores que ofrecía la aceleradora, analizar métricas clave para nuestra compañía y la presentación final de nuestro proyecto ante un grupo de inversores. Tras este tiempo en Holanda, hicimos una gran red de contactos, clientes y posibles inversores. Y, entonces, cerramos nuestra primera ronda de inversión de unos 350.000 euros, con varios business angels y también la aportación de Banco Sabadell, que, a través de programa BStartup, invirtió 100.000 euros dentro de esta ronda en 2015”, detalla Zamora.
Mejoras en el servicio
Con este impulso económico, Zamora y Martínez pudieron mejorar su plataforma y servicio. Así, lanzaron la versión web de Signaturit y empezaron a fichar más personas para su equipo, sobre todo comercial y de marketing. Esto también les permitió ampliar su cartera de clientes. “De los primeros clientes que tuvimos podríamos destacar el Grupo Prisa ya, después, entró el Barça”, explica uno de estos emprendedores.
Así, la particularidad de Signaturit es que permite firmar cualquier documento, fácilmente, con plena validez legal desde cualquier dispositivo. “Suprimimos el proceso de recibir un documento, imprimirlo, firmarlo, escanearlo y volverlo a enviar. Si eres cliente de Signaturit, por ejemplo, el Barça, y el equipo te contrata, el club entra directamente en nuestra plataforma --pone su nombre de usuario y contraseña-- sube el documento o contrato e indica a qué email se tiene que enviar. Después, nosotros enviamos el email con un pequeño botón que redirige al usuario a nuestra plataforma. Una vez allí, puede ver el contrato en cuestión, revisarlo y, si está de acuerdo, firmarlo con su dedo, lápiz óptico o ratón. Después, nosotros capturamos todos los datos biométricos y hacemos un documento probatorio. Todos estos datos permiten confirmar quién firmó el documento”, matiza Zamora.
Seis años después
A día de hoy, Signaturit tiene más de 10.000 usuarios en 40 países y ha conseguido cerrar tres rondas de financiación. La primera, en 2015; la segunda, en 2017, por unos 2,8 millones de euros; y la tercera, en 2019, por un total de 7 millones, en este caso liderada por el fondo francés 360 Capital.
“El objetivo desde el principio ha sido el mismo. Crear una empresa global. En los próximos cinco años, nos gustaría ser líderes europeos, ya que en España ahora mismo somos el primer player. Queremos abrirnos paso y fortalecernos ahora en Francia, Alemania e Italia”, añade Zamora. La compañía que cerró 2018 con unos dos millones de euros de facturación, también tiene previsto duplicar esta cifra en 2019.
¿Y el sector público?
El servicio de Signaturit, en palabras de uno de sus cofundadores, se adapta perfectamente a una pyme, como gestor de contratos, pero también cuenta con una solución más enfocada en las grandes empresas. Aunque, de momento, el sector público y las administraciones no están en los planes, a corto plazo, de esta start up.
“Los procesos de las administraciones son muy lentos y, en realidad, están reñidos con el modelo de una start up como la nuestra, con procesos más ágiles y rápidos. Estaríamos encantados de trabajar con la administración pero más bien en una segunda fase”, concluye Zamora, quien, además, lamenta que, todavía, las empresas españolas hagan aportaciones pequeñas a start ups a través de sus propias incubadores, aceleradoras o fondos de inversión.