Zero Latency llegó al Parc Vallès de Terrassa (Barcelona) el pasado diciembre, aunque la empresa ya operaba en Madrid desde hacía más tiempo. Se establecieron en un centro comercial, como las salas recreativas de antaño, pero con un formato totalmente distinto y revolucionario: jugar en entornos inmersivos cuyo único joystick es el propio cuerpo.
Esta start-up ofrece la experiencia de matar zombies o pasear por un mundo fantástico a la búsqueda de pequeños tesoros en forma de esfera gracias a la realidad virtual. Es conocido por casi todo el mundo en qué consiste este tipo de tecnología, pero la auténtica virtud de esta empresa pasa por su capacidad para democratizar esta experiencia, hasta ahora al alcalce de muy pocos.
Abierto a todos
"A diferencia de un mando, que con un botón saltas y con el otro corres, todo el mundo sabe controlar sus piernas casi desde que nace", explica el responsable de Zero Latency, Felipe Fernández. Este tipo de experiencias están pensadas para un público de entre 25 y 40 años, aunque también acuden niños y adolescentes, siempre que midan más de 1'40 metros de altura y cumplan un mínimo de requisitos.
El procedimiento tiene poco misterio. El usuario carga con una mochilla a la que van conectadas unas gafas de realidad virtual y unos cascos que aislan al jugador de una gran sala negra llena de líneas blancas que mide unos 230 metros cuadrados: "Aunque sabes que estás en una sala porque la has visto antes, el ojo te engaña y asume que lo que está viviendo es verdad".
Espacio social
Fernández explica que los jugadores con los récords de puntuación más altos compiten entre ellos para mantener sus posiciones: "Tienen hasta un grupo de WhatsApp y cuando uno bate el récord del otro se lo dice, el otro se pica y vuelve para jugar". Más allá de amistades surgidas, es un espacio donde se pueden celebrar cumpleaños, eventos sociales y desde la compañía aseguran que es "ideal" para realizar dinámicas de grupo en empresas.
Su principal arma es el "boca a oreja": "A uno le ha gustado y se lo dice a otra persona, o vuelve con un amigo". El precio de esta experiencia virtual se encuentra entre los 20€ y los 35€ por cabeza, en función de si se quiere una inmersión estándar o completa, con más o menos tiempo en cada caso. En la mayoría de casos, este espacio atrae a personas aficionadas o con conocimientos de videojuegos, aunque vienen muchas otras que están completamente alejadas.
Proyecto futuro
La implementación de Zero Latency en Cataluña va más allá del Parc Vallès de Terrassa, puesto que tiene previsto abrir un nuevo espacio en el centro comercial Som Multiespai de Barcelona, en Nou Barris. Será el primero en la Ciudad Condal y el tercero en España. Además, cuenta con un cuarto en la Península Ibérica, que está en Lisboa.
Hasta ahora, todos sus juegos son de "cooperación", aunque en breve ofrecerán su primera experiencia en la que los jugadores podrán enfrentarse. "Matar a tu rival no será el objetivo, sino una finalidad para conseguir tus objetivos", adelantan. Hasta el mes de agosto han pasado por el recinto más de 6.800 personas y se han jugado más de 2.500 partidos.