El Director del Instituto Cervantes en Londres, Ignacio Peyró

El Director del Instituto Cervantes en Londres, Ignacio Peyró

Creación

"Ojalá el castellano sea para muchos puerta de entrada al catalán"

El recién elegido director del Instituto Cervantes en Londres, Ignacio Peyró, cree que la institución "no debe ser una plataforma para propagar ideas políticas"

8 noviembre, 2017 00:00

Ignacio Peyró (Madrid, 1980) es, desde hace un mes, el nuevo director del Instituto Cervantes en Londres. La sede que se halla la capital británica tomó, a mediados de los noventa, el relevo del antiguo centro cultural español de la posguerra.  

Peyró es el director más joven de la red del Cervantes. Periodista y escritor, es autor de varios libros, entre los más destacados, Pompa y circunstancia. Diccionario sentimental de la cultura inglesa (Fórcola, 2014) y La vista desde aquí. Una conversación con Valentí Puig (Elba, 2017). Este amante de las letras y la cultura es, además, un gran conocedor de la obra de Josep Pla, el prosista catalán más internacional. En breve dará una conferencia en Oxford sobre el escritor.

El curso pasado el Instituto Cervantes tuvo 3.500 matriculados en Londres; mientras que en el conjunto de la red ascendieron a casi 140.000 matrículas. Más de 100.000 estudiantes certificaron su nivel de español --la segunda lengua más hablada del mundo-- a través de sus exámenes oficiales.

-¿Cuál es el objetivo del Instituto Cervantes?

El objetivo del Instituto Cervantes es difundir la lengua española y la cultura en español de España e Hispanoamérica. Eso incluye también las lenguas cooficiales que se hablan en España (gallego, vasco y catalán) y las manifestaciones culturales que se realizan a través de ellas. Además, realizamos más de cinco mil actividades culturales en toda nuestra red de centros, que a día de hoy ascienden a 87 distribuidos en 44 países.

-¿Qué quiere conseguir usted al frente del Instituto Cervantes en Londres? ¿Qué objetivos os habéis fijado?

Creo que el Instituto Cervantes de Londres está en una inmejorable posición para crecer en alumnado. El año pasado tuvimos 3.500 matriculados. Y, aunque ya tenemos una pegada considerable en el ámbito de la cultura, completar el salón de actos de la nueva sede nos hará ganar mucha presencia en la ciudad.

-¿Hay datos aproximados de los alumnos que cursan catalán?

Ofrecemos cursos de catalán, gallego y vasco, que se organizan según la demanda que tengamos. Ahora mismo hay un cartel que los anuncia en el tablón de anuncios del centro, nada más entrar. No tengo datos de las matrículas de catalán en el Instituto Cervantes considerado globalmente, pero me consta que se ha mencionado en comparecencias parlamentarias por parte de los directores de la institución.

Por otra parte, no se trata sólo de cursos en catalán; también se promociona la creación en catalán –exposiciones, cine, conferencias, recitales, etc.

El Instituto Cervantes se atiene a una realidad, según la cual todas las lenguas de España conforman el magma de lo hispánico

-¿Me puede poner algún ejemplo de evento que se haya hecho en catalán? ¿Por qué esta imagen de que España no valora las otras lenguas cooficiales?

En mi primer acto en el Instituto Cervantes de Londres, por ejemplo, tomó parte Irene Solà, una poeta de Vic que leyó en catalán y en inglés. Yo mismo voy a dar una conferencia sobre Josep Pla próximamente en Oxford. La cuestión de fondo es: el Instituto Cervantes se atiene a una realidad, según la cual todas las lenguas de España conforman el magma de lo hispánico, y obramos en consecuencia.

-La Generalitat ha desplegado internacionalmente una serie de entes y organismos (Diplocat, Casal Català...) que se dedican, entre otras cuestiones, a la diplomacia. Parece que tienen ventaja sobre el resto de entes del Estado.

Sinceramente, creo que la actuación de la diplomacia española ha sido muy efectiva.

-¿Por qué lo cree así?

Porque en estas semanas ha quedado claro que a una Europa unida le conviene una España unida.

-En estos entes del Govern, el catalán y su protección a veces ha servido para promover otras actividades de carácter político.

Yo lo que creo es que cuesta mucho encontrar dos lenguas más cercanas. Como ha ocurrido con otras lenguas del mundo, ojalá el castellano sea para muchos puerta de entrada al catalán.

-¿Se aprecian ya algunos efectos del resultado del Brexit?

En lo que al Instituto Cervantes concierne --tenemos centros en Londres, Manchester y Leeds-- parece haber actuado como un revulsivo: hay más interés, hay más demanda, tanto de lengua como de cultura.

La reacción de las autoridades británicas ha sido la de alinearse con la legalidad

-¿Cómo se observa desde el Reino Unido la situación política que se vive en España?

Se sigue con interés: hay casi 18 millones de británicos que viajan a España cada año. La reacción de las autoridades ha sido la de alinearse con la legalidad, como han hecho todos los gobiernos en Europa y como cabía esperar de la patria del imperio de la ley y del extraordinario momento de las relaciones hispano-británicas.

-Hace unos años hubo una polémica con el escritor Albert Sánchez Piñol. Su casa editorial dijo que lo habían censurado en el Instituto de Cervantes en Utrecht. El Instituto lo negó. ¿Hay que promocionar a los escritores que defienden el secesionismo?

La cultura debe ser, casi por definición, plural y crítica, pero lógicamente el Instituto Cervantes respeta nuestra Constitución y los valores que en ella se promueven. El Instituto Cervantes no va a servir de plataforma a nadie para propagar sus ideas políticas. No es nuestra misión, más allá de la necedad que sería impulsar el secesionismo desde una institución española. Eso es algo que entiende todo el mundo.

-¿Cuáles son los próximos eventos en el Instituto de Londres?

Ahora en noviembre tenemos a un guitarrista de repertorio clásico fabuloso, Fernando Espí; un homenaje a Ricardo Piglia, una mesa redonda sobre indigenismo, y algo en verdad muy especial: un  concierto en la Wallace Collection a propósito de su exposición sobre El Greco… entre otras cosas. Por cierto, aquí variedad, cantidad y calidad se llevan bien.