Marianne Brandt (Alemania, 1893-1983) fue la primera mujer en ser admitida en el programa de metalurgia de la Bauhaus, dirigido en aquella etapa por el pintor húngaro László Moholy-Nagy, a quien sustituyó en el cargo en 1928. Podría parecer un dato intrascendente, pero no lo es. Todo lo contrario. La célebre escuela multidisciplinar, fundada en Weimar (Alemania) por el arquitecto Walter Gropius en 2019, nació con un espíritu progresista basado en la igualdad de género. “No hay diferencia entre el sexo bello y el fuerte. Igualdad absoluta, pero también deberes absolutamente iguales”, promulgaba su artífice. Esa era la teoría. La práctica era bien distinta.
Independientemente de sus aspiraciones personales, la mayoría de las alumnas eran reorientadas hacia disciplinas más “femeninas”, como el sector textil o el de cerámica, ya que Gropius defendía abiertamente que las mujeres solamente estaban dotadas genéticamente para trabajar en dos dimensiones y no en tres como los hombres. La segregación por sexos era, por tanto, la norma habitual no escrita. Aun así, Marianne Brandt desafió las reglas consiguiendo algo realmente insólito. Hoy sus creaciones más famosas como el cenicero esférico de metal, la tetera MT49 y la lámpara Kandem (el popular flexo) se siguen reeditando.
Exposición hasta el 7 de enero
No fue la única mujer de talento extraordinario cuyas aportaciones al mundo del diseño no han sido debidamente reconocidas. La historia oficial se ha encargado de minimizar, ignorar o directamente excluir las contribuciones de muchas otras.
Producida por el Vitra Design Museum y ampliada por el Disseny Hub Barcelona, “¡Estamos aquí! Las mujeres en el diseño 1900 – Hoy” (hasta el 7 de enero de 2024) plantea un estudio crítico sobre los logros, las condiciones laborales o el cometido de las mujeres en este campo desde principios del pasado siglo hasta nuestros días.
Sufragismo y “diseño social”
Diseño y feminismo han recorrido un largo camino juntos. Aunque ahora el violeta es el color por excelencia del feminismo, originariamente las insignias sufragistas empleaban el púrpura, el blanco y el verde. Fue Emmeline Pethick-Lawrence (1867-1954), activista y editora de Votes for Women, quien creó en 1908 esta triada cromática para generar un mayor impacto visual en las manifestaciones.
Pero además de una poderosa herramienta reivindicativa, el diseño fue un elemento clave en proyectos pioneros de finales del XIX que bien se pueden considerar como “diseño social” tal y como lo entendemos actualmente. En ese ámbito conviene destacar la labor de Ellen Gates Starr y Jane Addams (precursoras del trabajo social en Estados Unidos) que ya en 1889 fundaron la Hull House, un centro social de acción comunitaria en una de las zonas más deprimidas de Chicago.
Mujeres a la sombra
La lista de reputadas profesionales eclipsadas por la larga sombra de sus compañeros o por la dominante estructura patriarcal es extensa. Nombres como Lilly Reich, Eileen Gray, Flora Steiger-Crawford, Charlotte Perriand, Ray Eames y Aino Aalto han dejado un extraordinario legado en la estética del diseño contemporáneo. Pese a ello, sus logros se desvanecen bajo la sobrerrepresentación masculina de la arquitectura, las artes o el diseño.
Lilly Reich, por ejemplo, construyó junto a Mies van der Rohe el Pabellón Alemán de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. La gran mayoría desconoce este dato. La arquitecta finlandesa Aino Marsio Aalto, creadora de la inconfundible serie de cristal Bölgeblick, vivió a la sombra de su pareja, Alvar Aalto, y la visionaria Charlotte Perriand, autora de numerosas piezas icónicas del diseño contemporáneo, fue rechazada por Le Corbusier con la siguiente frase: “Señorita, en este sitio no se bordan cojines”, aunque finalmente se rindió a su talento y la contrató para su estudio.
Las diseñadoras españolas también están aquí
El caso español ocupa una parte destacada del recorrido. Las comisarias Teresa Bastardes, Isabel Fernández del Moral e Isabel Cendoya, responsables de la ampliación de la muestra, han rescatado de los fondos del DHub 69 piezas de diseñadoras españolas, la mayoría de Barcelona, creadas a partir de la década de 1960.
Los juguetes de madera de Fina Rifà; la butaca Sabossababosa de Lourdes Humet y Mayte Matutes; el juego de café de Margarita Sala Gaschen y la silla Nit de Lola Castelló son algunos de los objetos expuestos en “¡Estamos aquí! Las mujeres en el diseño 1900 – Hoy”. Una crónica reveladora desde una perspectiva feminista de la historia del diseño. Una contestación al borrado sistemático que, pese a su incuestionable excelencia, padecieron las mujeres creadoras.