El cine de Neus Ballús baila entre el documental y la ficción, pero más allá de esas clasificaciones hay algo que la caracteriza mucho más, la manera de filmar el cuerpo. Por eso, cuando la SGAE le propuso hacer un ciclo cinematográfico no dudó. Desde esta 13 de junio hasta el 17 de este mes, quien se acerque a la sala Berlanga de Madrid va a encontrarse con el ciclo programado por la cineasta catalana, bajo el título El cine y el cuerpo.

La misma directora quería salir de la imagen que muchos asocian a ella, la del documental o la del trabajo con actores profesionales. Aquí destaca esa tercera pata que caracteriza a sus imágenes: “esa cosa innegable de la presencia de un cuerpo frente a la cámara” y “hasta qué punto es tan determinante en las narrativas”.

Programa de Neus Ballús para la SGAE

Mientras muchos cineastas se centran en la trama y filman a sus actores y actrices como meros instrumentos para decir las líneas de un guion, la directora considera que el cuerpo tiene “mucho que ver con lo que hay detrás y que tiene que ver con la aceptación, el vínculo con el otro y el descubrimiento de qué hay detrás de ese cuerpo”, señala.

Por eso, su selección tiene mucho que ver con cineastas que, si bien no se han ocupado tanto del cuerpo, si que en alguna ocasión lo han filmado de manera más que característica. Huyendo de Claire Denis, aunque ella lo pidió, y de David Cronenberg, más centrado en la carnalidad, Ballús propone cinco cintas que, a primera vista, pueden parecer dispares entre sí.

De Varda a Ducournau 

Por un lado, aparece El hombre elefante de David Lynch, ese ser supuestamente monstruoso y encerrado. Ese sería el más claro. Esa imagen se contrapone con la Pina de Wim Wenders, en la que el realizador alemán filma los movimientos de la bailarina y su cuerpo de baile en 3D, dándole un nuevo uso a esta tecnología.

Después ha seleccionado dos películas atravesadas no tanto por la enfermedad, como dice ella, sino por el paso del tiempo. Las protagonistas son dos mujeres: Cleo de 5 a 7, de Agnès Varda y Amor de Michael Haneke. Y la quinta en discordia es Titane, el acercamiento de Julia Ducournau al transhumanismo que se hizo con la Palma de Oro de Cannes hace dos años.

Imagen de promoción de 'Crimes Of The Future', de David Cronenberg

 

El criterio de selección admite que es amplío y en función de los derechos adquiridos, pero en todo caso reconoce que le da una importancia significativa al cuerpo porque es “la carcasa en la que se basa el cine para expresar las emociones” de los personajes. En cambio, “lo que pasa dentro del cuerpo” queda casi en silencio, pero es allí, como pasa en las películas seleccionadas, que está la enfermedad y se suceden la vida y la muerte.

Aun así, Ballús no le resta importancia a esto que llama carcasa. Por un lado, señala, “la apariencia del cuerpo tiene consecuencias en nuestros vínculos y la aceptación en el contexto social” en el que nos movemos. Por otro, el cuerpo “tiene un vínculo indisociable con nuestra finitud y que no inmortales”. Todas estas cintas, como tantas otras en el cine lo ponen en evidencia. Aunque tal vez, pueda pasar desapercibido o no se quiera ver.

El cuerpo 

Todas estas razones son por las que ha decidido presentar este ciclo y por el que a la directora de La plaga le resulta “tan fascinante” filmarlo. Cuando lo hace, ve que “todos nos movemos tan diferente y somos tan distintos”.

Preguntada por si es difícil filmar todo esto, la catalana considera que esa no sería la palabra. Tal vez lo que sucede con el cuerpo en el cine es que “lo pasamos por alto porque le damos más importancia al texto, pero recordemos que la expresión corporal es fundamental en nuestro día a día y en el cine”, matiza.

La cineasta catalana Neus Ballús ha ganado este domingo el Premi Gaudí a mejor dirección por su película 'Sis dies corrents' / EP

 

A Ballús le importa el cuerpo porque cuando Hollywood o las películas más comerciales apuestan por poner en pantalla “cuerpos más normativos nos limitamos las narrativas, porque a los cuerpos les pasan cosas distintas en función de cómo son”.

“A mí me interesa mucho el cine que abre la mirada a otras corporalidades porque son otras narrativas”. Eso se puede ver perfectamente en La plaga o en la última película de la realizadora, Seis días corrientes, en la que uno fotógrafa quiere capturar con su cámara el cuerpo de un trabajador. Muy a lo Claire Denis

El cine del futuro 

Ella sigue en su exploración de los cuerpos. Su siguiente cortometraje se acerca al de las ballenas, señala. Luego un mediometraje híbrido y está en proceso de escritura de su próximo largo “en el que la presencia del cuerpo tiene un peso importante”.

La cineasta se muestra contenta en seguir explorando la potencia del cuerpo frente a una cámara y el impacto que éste causa. La representación del cuerpo femenino y la raza “empieza a ser fundamental”, destaca y está en el centro del debate. En su opinión, aún le queda abrirse más, pero “cuando explosione nos abrirá a cines muy interesantes”, adelanta. Por el momento, ella y los directores que presenta en la sala Berlanga ya han abierto camino.

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