'El vasco', un canto a la memoria de la inmigración desde la comedia
Jabi Elotegi se rodea de Joseba Usabiaga e Inés Efrón para presentar su segundo largo en el festival de San Sebastián
18 septiembre, 2022 00:00El peso de la memoria podría ser el título alternativo de El vasco, la última cinta de Jabi Elotegi que inauguraba este 16 de septiembre la sección Zinemira del festival de San Sebastián. No, no se trata de una nueva película sobre revisión histórica de un lado u otro. Si no de una comedia que recuerda al espectador que también los españoles hemos sido inmigrantes y hemos podido hacer nuestra vida allende los mares.
El cineasta lo hace de manera sutil, sin poner énfasis en eso, apuesta por el humor y el personaje central de una abuela que vive en Argentina y sufre un problema de memoria, que apenas habla, hasta que escucha que su nieto, recién llegado, habla euskera.
La mujer piensa que toda vive en Bermeo, cuando lo hace en un pueblo del interior del país austral. También confunde a su nieto con su hermano, a su hija con una monja franquista a la que tiene miedo, a su hijo con un vecino seductor y a su cuidadora con la vecina. Su despertar del letargo, en todo caso, pondrá en orden a la familia entera.
No lo tienen fácil. Su hijo amontona deudas y sufre problemas de alcohol, para su hija es una carga su cuidado y el nieto, Mikel, se siente estafado. El joven venía huyendo del paro y el desamor que vivió en Euskadi, confiando en que su tío le daría trabajo y la realidad fue otra.
"Curiosamente, una abuela con problemas de memoria es quien le cuenta todo su pasado al protagonista", señala el director. Él mismo se dio cuenta de eso cuando pisó Argentina. "Lo nuestro no tiene mérito. Hemos nacido aquí, nos han enseñado esto y lo conocemos desde pequeñitos. Ellos, tres o cuatro generaciones después, que se sienten muy argentinos, porque lo son, y luego vascos, hacen el trabajo de transmitir a sus generaciones esos valores. Les dice que no se olviden de donde vienen, que hay un país allá con sus costumbres, su idioma, tradiciones... Esa es una virtud que me llamó la atención. Es una maravilla", detalla a Crónica Global.
En la película queda más que claro. Mikel, un hombre golpeado por el desamor y el paro, decide huir de Euskadi y acepta la invitación de un tío argentino que se encuentra al otro lado del mundo. La realidad puede con él. Si él se fue para olvidar, a su llegada al país austral se encuentra un centro de cultura vasca donde las tradiciones tienen más peso que en su vida en el País Vasco. Tanto que le echa para atrás.
El despertar de la abuela le empuja a quedarse un poco más y a rehacerse de sus heridas y el resquemor que les tiene a todos. "Sois más vascos que yo", les llega a decir en un momento a varios miembros del pueblo que leen libros históricos de la cultura vasca, conservan los bailes y tradiciones. "Tienen un mérito increíble por mantener su pasado", detalla.
La actriz Inés Efrón, que hace de la cuidadora de la abuela, trata de explicarlo. "Para mí, que vivo allá, que es una cultura del desarraigo, se respira esa necesidad de reconstruir algo que no se conoce o que se conoce pero no se vivió, por el hecho de no tener raíces", señala.
"Al final, es la historia de un inmigrante que huye de aquí y se encuentra con su pasado allá, creo que se puede ver mucha gente reflejada", subraya. "Puede ser una reflexión a lo que sucede ahora", prosigue.
Un canto a la integración sin perder las raíces, a no perder la memoria de quiénes somos. Y no olvidar que también un día los españoles cogieron un barco o un avión para buscarse una vida mejor.