La actriz Nastassja Kinski posó para Richard Avedon (Nueva York, 1923-Texas, 2004) totalmente desnuda rodeada por una pitón; Andy Warhol, mostrando las cicatrices que le había dejado el atentado sufrido justo un año antes; Marilyn Monroe lo hizo abrazada a Arthur Miller y Jasper Jones; Truman Capote, los duques de Windsor, Samuel Beckett y Francis Bacon hicieron lo propio en un set sin artificios marca de la casa.
La lista de celebridades y personajes anónimos que han pasado frente al objetivo del legendario fotógrafo neoyorquino es muy extensa. Desde estrellas de Hollywood, escritores, artistas, políticos o intelectuales hasta los excluidos del gran “sueño americano”, esos que ilustraron su aclamado y polémico trabajo: In the American West. Una serie de descarnados retratos en blanco y negro sobre su característico fondo blanco, de trabajadores del oeste de los Estados Unidos, considerada por muchos como su obra maestra definitiva. Un desgarrador relato visual de la América profunda muy alejado de la estética sofisticada y glamurosa de sus producciones editoriales para Vogue, Look, The New Yorker y Life.
El hombre que revolucionó la fotografía de moda
Siendo muy joven trabajó un tiempo en la Marina Mercante estadounidense, haciendo las fotografías identificativas de las tripulaciones. “Mi trabajo consistía en hacer fotografías de identidad. Debo haber tomado fotografías de 100.000 rostros antes de darme cuenta de que me estaba convirtiendo en fotógrafo”, decía. Así fue como, tras dos años de servicio, abandonó la Marina y comenzó a colaborar con Harper’s Bazaar. El resto es historia.
Y es que no se puede entender su extraordinaria y longeva trayectoria profesional sin su decisiva contribución a la fotografía de moda. La obsesión por la precisión técnica junto a una mirada espontánea, única y revolucionaria lo han convertido en uno de los máximos referentes de la fotografía de todos los tiempos.
El aprendiz de mago
Gideon Lewin (Jerusalén, 1939) fue durante 16 años su principal asistente, jefe de estudio, asesor, creador de escenarios, maestro de impresión al frente del laboratorio y máximo responsable a cargo de la iluminación. Él lo controlaba absolutamente todo mientras el genio neoyorquino redefinía la estética y el estilo del pasado siglo en agotadoras sesiones de trabajo.
Según Philip Gefter, crítico de fotografía y autor de What Becomes a Legend Most: The Biography of Richard Avedon, “durante años, Gideon Lewin ayudó a Richard Avedon, no solo observando al maestro en el trabajo, sino ejecutando la visión de Avedon con habilidad técnica abrumadora y rapidez de pensamiento. La magia de Lewin es evidente en todo el trabajo de Avedon, desde los Beatles solarizados hasta las primeras copias de exhibición del tamaño de una pared de Andy Warhol y el equipo de la Factory. El buen ojo de Lewin también es evidente aquí, en esta crónica precisa del proceso de la fotografía”.
La sesión más larga de la historia
Pero además de su mano derecha, Lewin fue igualmente un ávido documentalista que capturaba todo aquello que ocurría entre bastidores. Una labor condensada en el libro Avedon Behind the Scenes. 1964-1980 publicado por powerHouse Books en 2019. Ahora estas fotografías se muestran por primera vez en una gran exposición que se podrá ver hasta el próximo 2 de octubre en el centro FotoNostrum (Diputació, 48. Barcelona). Una primicia mundial que reúne el making of de algunas de sus imágenes icónicas, así como 13 fotografías originales del propio Avedon, propiedad de la colección privada de la diseñadora Joanna Mastroianni, comisaria de exposición y “compañera de vida” de Gideon Lewin. “Estas fotografías ilustran la profundidad del respeto profesional y personal entre dos hombres creativos y de grandísimo talento. Representa una energía y un dinamismo que fue rompedor en su época”, apunta Mastroianni.
Esta emocionante crónica visual nos revela imágenes excepcionales acumuladas a los largo de todos estos años como, por ejemplo, el primer retrato del joven Avedon en 1965 observando satisfecho sus propias fotografías; o la clase magistral junto a Marvin Israel ante una audiencia en la que se encontraban entre otros Diane Arbus y Lucas Samaras. También nos cuenta anécdotas fabulosas como la sesión de fotos con Veruschka que tuvo lugar en Japón. Un trabajo que la editora de moda Polly Mellen definió como “la sesión fotográfica más larga, lujosa y costosa de la historia”. No le faltaba razón. Avedon viajó en 1966 al nevado “Valle del Infierno” de la isla japonesa de Hokkaido donde pasó cinco largas semanas fotografiando a la famosa modelo cubierta de pieles para la revista Vogue. El resultado de esta costosa odisea fueron 26 páginas que “revolucionaron y fusionaron los mundos de la moda y la fotografía de una manera única e irrepetible”. La misma Veruschka afirmaría más tarde: “Siempre fui consciente de que estaba trabajando con el mejor fotógrafo del mundo”. Lo mismo debió pensar Gideon Lewin cuando en 1964, recién graduado, comenzó a trabajar como su segundo ayudante en el estudio de la neoyorquina calle 58.