Oscar Wilde es, junto a Winston Churchill, uno de los personajes más citados de la historia. Pero hay una faceta desconocida del dramaturgo irlandés que le acerca al estadista inglés: la política.
La editorial Arpa recupera una serie de ensayos del autor de El retrato de Dorian Gray o La importancia de llamarse Ernesto centrados en su convicciones socialistas. Éstas duraron poco, pero lo suficiente para que también en este ámbito, Wilde (Dublín,1854 - París, 1900) sorprenda. El alma del hombre bajo el socialismo es un ensayo donde ya preconiza su concepto del “individualismo social”.
Alguien como este genio provocador no podía militar en un socialismo puro, ni mucho menos con el comunismo o con el anarquismo, con el que, no obstante, llegó a simpatizar. Pero sí mantuvo contactos con el entorno socialista de su época, a través de su esposa Constance, el diputado escocés R. B. Cunninghame Graham; la esposa de éste, la poeta Gabriela de la Balmondière; el anarquista John Barlas.
Helenismo y cristianismo
El prólogo de El alma del hombre bajo el socialismo corre a cargo de José Rafael Hernández Arias, quien además se ocupa de la traducción. Relata este filósofo y ensayista la influencia de William Godwin, marido de la feminista Mary Wollstonecraft y padre de Mary Shelley --la creadora de Frankenstein-- en esa fugaz inmersión de Oscar Wilde en el socialismo.
En el irlandés confluyen helenismo, cristianismo, cultura y creación. De ahí reflexiones del tipo “la principal ventaja que resultaría de implantarse el socialismo es. indudablemente, el hecho de que el socialismo nos exonera de esa sórdida carga de tener que vivir para los demás, la cual, en el presente estado de las cosas, abruma sobremanera a casi todo el mundo. De hecho, apenas hay alguno que escape de ella”.
Darwin, Keats, Byron...
Darwin, Keats, Byron, Nietzsche… desfilan por las páginas de este compendio de ensayos sobre filosofía, política, literatura y arte. Frases como “con la abolición de la propiedad privada, tendríamos un individualismo verdadero, bello y saludable. Nadie desperdiciará su vida acumulando cosas y los símbolos de cosas. Uno vivirá. Vivir es lo más raro del mundo. La mayoría de la gente existe. Esto es todo”, merecen revisitar al exquisitamente frívolo Wilde en ese desconocido ámbito político.
“Así pues, individualismo es lo que vamos a lograr a través del socialismo. Como un resultado natural, el Estado debe renunciar a toda forma de gobierno”, escribe bajo los efectos de un enamoramiento fugaz de esa doctrina política, que reinterpreta y ajusta a su ego. “El despotismo es injusto con todo el mundo, incluido el déspota, que probablemente habría servido para algo mejor. Las oligarquías son injustas para la mayoría, y las oclocracias son injustas para las minorías”, dice el dramaturgo.
El libro contiene, asimismo, textos inéditos en español, como En defensa de Dorian Gray (1890-1891), que recopila las cartas enviadas a sus críticos.