El cantante catalán Pau Riba ha fallecido este domingo a los 73 años víctima de un cáncer de páncreas que le diagnosticaron en octubre.
El mismo artista anunció el pasado diciembre su situación con unas palabras no muy halagüeñas sobre su situación: "Tras seis meses de dolor y con la doctora de cabecera apuntando erróneamente a dolor psicosomático, en octubre conseguía por fin ser hospitalizado con un diagnóstico de cáncer de páncreas. No puede ser extirpado. Pero ahora, y tal y como está, vas tarde, dicen".
Tratamiento
Pese a todo, el cantautor quiso dar la batalla contra la enfermedad e inició tratamiento de hipertermia "y unos chutes de vitamina C en dosis altas" en el Institut Khuab de Barcelona que le tienen "bien esperanzados". "Lo que me molaba más era que me curasen con frecuencias sonoras, pero ahora tampoco es posible", ha señalado el cantante.
Él mismo veía que, pese a comer y seguir "escrupulosas pautas dietéticas", pierde un par de kilos cada semana. "Así y todo está siendo mucho más soportable y posible gracias a las ayudas recibidas hasta ahora", subraya, que agradece el apoyo que le están prestando "para conseguir que esto deje de ser oscuridad extrema".
Icono musical
Nacido en Palma el 7 de agosto de 1948, inició su obra a mediados de los años 60, aunque ha desarrollado buena parte de su larga carrera en Cataluña. Su doble disco Dioptria fue escogido el mejor disco en catalán del siglo XX por la revista Enderrock. Transgresor e iconoclasta, el cantante es un referente de la cultura alternativa y una de las voces más reconocidas de la música en catalán, con una treintena de discos y una quincena de libros. Además de su legado musical, Riba deja cinco hijos.
El mundo de la cultura llora hoy su pérdida. Uno de los primeros en dedicar unas palabras al cantante es el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, quien asegura que Riba "deja huella" y considera que "el mejor homenaje es su recuerdo, porque su muerte nos golpea". Lo califica como un personahe "muy iconoclasta, lo cuestionaba todo, y el poder político también entra en este ámbito de crítica". "La música catalana sin él sería otra cosa", sentencia el líder de Omnium Cultural, Xavier Antich.