Gregorio Marañón: "Rajoy canceló la mesa de negociación que hubiera frenado el 'procés'"

Abogado, empresario y académico. Gregorio Marañón (Madrid, 1942) es presidente del Patronato del Teatro Real, marqués de Marañón. Cuando era niño subía a hombros del doctor Fleming, íntimo de su abuelo. Esta es una de las anécdotas de los primeros capítulos de Memorias de luz y niebla (Galaxia Gutenbreg), un recorrido vital por las vivencias de alguien que ha vivido en primera persona --y narra con detalle-- importantes movimientos de poder en el país como la toma de control del BBVA por parte de Francisco González o la creación de El País.

Su relato en primera persona resulta un testimonio inigualable de la historia más reciente de España.

--Pregunta: ¿Cómo se siente después de volcar sus vivencias en el libro?

--Respuesta: Mis memorias constituyen un ejercicio de sinceridad que, con frecuencia, se adentra en mi intimidad, pues aborrezco las imposturas. Sin embargo, mi intimidad tiene un trasfondo mucho mayor que no aparece por respeto a la intimidad de otros.

--¿Su publicación ha propiciado ‘hacer las paces’ con algunos personajes que aparecen?

--Lo que relato en el libro no pretende ser ofensivo sino descriptivo, y quizá por eso no ha producido reacciones, al menos que me hayan llegado a mí. En todo caso, mi talante es siempre conciliador.

--Jordi Pujol le consideraba establishment de Madrid. ¿Cree que esta etiqueta le representa?

--Creo que quienes ejercemos posiciones que comportan responsabilidades sociales formamos parte de un colectivo que tiene que asumir, entre otros deberes, el de la ejemplaridad. Si el establishment lo conforman las personas que tienen esas responsabilidades y deberes, me consideraría incluido, pero si se trata tan sólo de un colectivo con poder social, no.

--Narra la negociación entre Rajoy y Mas con la intermediación de Alierta y Fainé para conseguir el pacto fiscal. Casi 10 años después, ¿cómo valora la oportunidad perdida? ¿Le echa a alguien la culpa?

--La responsabilidad de la cancelación de aquella prometedora mesa de negociación fue de Rajoy. Se trató de la última oportunidad para evitar ese procés que ha dividido Cataluña en dos, debilitando sus vínculos afectivos con el resto de España.

--¿Qué necesita Cataluña en este momento?

--Lo que necesita Cataluña dentro de la legalidad es, sin duda, un proceso de negociación sobre un nuevo Estatuto, al tiempo que se realice una reforma constitucional que cierre la vertebración territorial de nuestro Estado, que permanece abierta ¡43 años después de que se aprobara la Constitución! Todo ello requiere un acuerdo previo de los partidos constitucionalistas.

El abogado, empresario, académico y presidente del Teatro Real Gregorio Marañón / CG

--¿Cuál es su apuesta de modelo de Estado que necesitaríamos en España?

--Pienso en reformas como las que se acometieron hace algunos años Alemania y Canadá. No se trata de uniformar realidades distintas, sino de encajarlas en un mismo Estado.

--¿Cómo país, estamos en disposición de buscar estos grandes consensos que se alaban a lo largo de su libro?

--Los españoles desean fervientemente esos consensos, pero la clase política, en estos momentos, parece incapaz de alcanzarlos. Ojalá este bloqueo desaparezca pronto y reaparezca el sentido de Estado.

--Hace poco ha presentado sus Memorias de luz y niebla en el Círculo del Liceu, ¿cómo ha visto la Barcelona pandémica?

--Me ha impresionado el fenómeno de tantas familias y amistades afectadas por la situación política, los silencios y las distancias que se han creado.

El abogado, empresario, académico y presidente del Teatro Real Gregorio Marañón / CG

--¿Resistirá la cultura del país al envite del Covid? ¿Qué medidas se requieren?

--El Covid pasará en cuanto la mayoría estemos vacunados. Dejará una estela de pobreza y marginación social que los Fondos Europeos ayudarán a superar. En España, cuando la economía crece, se superan las previsiones más optimistas. Ojalá suceda de nuevo.

--En el libro asegura que la pandemia “representa la peor cara de la globalización”, ¿mantiene su visión pesimista?

--A corto plazo, soy pesimista, pero lo repito, creo que un nuevo “milagro español” es posible. Conllevará, además, un fortalecimiento del europeísmo, y esto también debería facilitar la negociación sobre Cataluña.

--¿No queda débil Europa tras la pugna con AstraZeneca y las dudas que ha sembrado sobre la vacunación?

--La debilidad de Europa viene de atrás, y se debe a la falta de un proyecto político relevante que evite nuestra irrelevancia en un mundo global.

--Una última cuestión, ¿usted se ha vacunado?

--Recientemente, y con Pfizer.