Las ideas fluyen y las historias pueden ser coincidentes. Pero, ¿tomó prestada Pilar Rahola la sinopsis del libro del escritor José María Loperena, que escribió hace 12 años pero que se ha publicado ahora? El mismo autor, en su blog, constató las coincidencias y deja abierta esa pregunta, una posibilidad que ha negado Rahola, al señalar que el personaje en común de su nueva novela y la de Loperena, el “espia” Bernard Hilda, existió y ella se ha documentado sobre él durante años.
¿Qué ocurre? José María Loperena acaba de publicar L’espia del violí, con la editorial Efadós. El orginal lo escribió en 2008, por encargo de la editorial Columna, que, finalmente, no lo publicó. Columna es la misma editorial en la que publica Pilar Rahola su nueva obra, L'Espia del Ritz/El espía del Ritz, (Columna-Planeta) y se centra en el mismo personaje, Bernard Hilda, un músico judío que huyó de Francia y que recaló en Barcelona, donde tocó en el Ritz ante las autoridades nazis y franquistas, que no conocían su origen.
¿Fue o no Hilda un espía?
La cuestión es que Loperena atribuyó a Hilda un papel de espía, producto de su invención, y ahora Rahola en su novela se centra en el mismo personaje como un “espía” real que trabajó para los aliados. Loperena sospecha de esas coincidencias, y cree que alguien de Columna ofreció la idea o la sinopsis de su libro, y que Rahola ha desarrollado su historia por su cuenta, pero partiendo de esa cuestión que para el escritor es relevante: “Cuando L’espia del violí estaba en fase de impresión, apareció en algunos medios y en las redes sociales la portada de una novela de Pilar Rahola, L’espia del Ritz, que coincidía totalmente con la mía respecto al personaje de Bernard Hilda y sus peripecias, ya que era judío y en Francia los nazis lo perseguían. Como que Rahola decía que era un espía, un hecho incierto ya que fue fruto de mi invención, comencé a sospechar”.
La periodista no ha rehuido el debate y considera un “auténtico disparate” la posible acusación de plagio, porque se documentó sobre el personaje, a partir de un artículo que leyó en la revista Sàpiens, con una historia real que, señala, no se puede obviar. Según Rahola se conocía que Hilda era un espía, y no entiende que Loperena se atribuya ese aspecto, como un hecho de ficción que sitúa en su novela. A juicio de la periodista Hilda colaboró con el consulado de la Francia de De Gaulle, y no con el MI6, como Loperena ha señalado que la periodista ha escrito en la obra.
La alta burguesía
Según Loperena, “se podría tratar de una coincidencia pero Bernard Hilda nunca fue un espía, ni del MI6 ni de nadie. Sólo se trata de una fabulación mía que, cuando la hice pública, hace 10 años, tuvo una cierta repercusión en los medios. Pero lo que me mosqueó fue que la editorial del nuevo libro de Rahola fuera Columna, la misma editorial que tenía mi original”. (…) “Lo que es evidente es que quien haya ofrecido mi guion a Rahola se ha apropiado indebidamente del personaje de Hilda, de su faceta de falso espía, de los acontecimientos que me inventé y del ambiente de la alta burguesía de Barcelona que sobrevivía en La Parrilla del Ritz, para no percibir la destrucción sistemática de su identidad”.
La polémica se desata ahora, con la publicación, prácticamente al mismo tiempo, de las dos novelas.