Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina encandilaron este sábado al público que abarrotaba el Palau Sant Jordi de Barcelona con una actuación memorable, en la que canciones como Mediterráneo o Y nos dieron las diez fueron coreadas por las miles de personas que no quisieron perderse el evento.
Tras las giras conjuntas Dos pájaros de un tiro (2007) y Dos pájaros contraatacan (2012), la pareja de amigos y colegas se subió por tercera vez a los escenarios con la minigira No hay dos sin tres, un periplo que también tendrá citas en Sudamérica con parada en Madrid.
Público entregado
Serrat y Sabina, ya septuagenarios, dedicaron un recital de temas a dúo y a solas, intercambiados y renovados, que hizo las delicias de un público muy devoto. Luciendo oscuras americanas floreadas a juego, los artistas abrieron la velada con Esta noche contigo, una canción del de Úbeda que dio pauta a un concierto sobrio de cerca de tres horas lleno de recuerdos y bromas sobre el paso del tiempo y la actualidad.
Serrat se dirigió en todo momento a los asistentes en catalán, e ironizó sobre recientes críticas periodísticas que calificaban a ambos artistas de "inmortales": "Eso es que nos estamos muriendo y nos quieren enterrar".
Diálogos con complicidad
"Dicen que somos unos monstruos, pero yo solo te veo como a un tontolaba", le dijo en tono de broma el barcelonés a Sabina, que le devolvió el dardo con un resuelto: "Pues yo te veo como a un gilipollas".
Tras una introducción con más pullas recíprocas, como "Sabina pensaba que Netflix eran unas toallitas húmedas para las pérdidas de orina", y la interpretación conjunta de No hago otra cosa que pensar en ti, Serrat se quedó solo en el escenario para dar vida a Cançó de matinada.
Recuerdo para las víctimas de Gloria
Con su característico bombín, y antes de entonar Lo niego todo, Sabina se adueñó del micrófono para recordar a los fallecidos por el temporal Gloria y a los "subsaharianos muertos a los que Europa deja tirados en mitad del mar", unas sentidas palabras que el público recibió con un sonoro aplauso.
Serrat volvió a escena, guitarra en mano, para interpretar juntos Pero qué hermosas eran, que precedió a la balada en solitario Una canción para la Magdalena y Barcelona i jo, esta última con imágenes de su ciudad natal.
Con la corista Mara Barros
Sabina reapareció en la fiesta con la corista Mara Barros para ofrecer Por el bulevar de los sueños rotos, y ya después levantó pasiones cuando con su voz rota interpretó19 días y 500 noches, que dio paso a Me'n vaig a peu y Nanas de la cebolla, con versos de Miguel Hernández.
La nostalgia fue la siguiente protagonista con el tema Peces de ciudad, que Sabina dedicó a Perú, país natal de su pareja, y a la chef Carme Ruscalleda. seguido por la rockera Princesa y los Cantares de Antonio Machado, antesala del llanto de Serrat con Plany al mar y la mítica Mediterráneo.
Despedida entre abrazos
Después, La del pirata cojo, Y sin embargo, Pare y Hoy puede ser un gran día avivaron los cánticos del público, que se rió con ganas cuando la pareja, charlando sobre la juventud en una mesa de bar, criticó a una "hijaputa" que llamó "anciano" a un hombre de 64 años.
Y nos dieron las diez y Noches de boda pusieron el broche final al concierto, con el público de pie y miles de brazos balanceándose a modo de despedida mientras Serrat y Sabina abandonaban abrazados los focos, aunwue como bises interpretaron los temas Contigo y Paraules de amor, una de las canciones de Serrat con las que Sabina aprendió a hablar en catalán cuando tocaba en bares, restaurantes y el metro de Londres. Con Pastillas para no soñar, Aquellas pequeñas cosas y Fiesta han bajado definitivamente el telón en un Sant Jordi abarrotado convertido en repentina pista de baile. Serrat y Sabina volverán a actuar en febrero para culminar la gira con dos llenos en el Wizink Center de Madrid.