El puente de L'Hospitalet que se convirtió en arte
La reforma del paso de la Riera Blanca lo ha transformado en un monumento artístico dedicado a la diversidad cultural del mundo
13 agosto, 2019 14:33Entre las ciudades de Barcelona y L'Hospitalet de Llobregat se levanta el puente de la Riera Blanca. Es, dicen las autoridades municipales de L'Hospitalet, la frontera entre ambas, el lugar de paso y de cruce entre dos urbes que se han creado a partir de la suma de culturas.
A partir de esta idea de la multiculturalidad, el colectivo artístico de La Tonal'H ha convertido el puente en un monumento artístico representativo de las identidades múltiples y diversas que existen en el mundo.
Treinta mil euros
Con un coste aproximado de 15.000 para cada uno (30.000 euros en total), los ayuntamientos de Barcelona y L'Hospitalet de Llobregat decidieron colaborar en la reforma del puente de la Riera Blanca transformándolo por completo.
Las columnas del puente que pueden verse a la salida de la parada de metro de Santa Eulàlia son ahora unos tótems hechos de madera, hierro y materiales reciclados. Representan una forma de expresión de las diferentes culturas que conviven en el planeta y en sus cinco continentes. La estructura de hierro que las une representa la naturaleza como herramienta de unión de todas ellas.
Artistas locales
Los artistas afincados en L'Hospitalet y que forman el grupo La Tonal'H son los responsables del cambio de imagen del puente. De él forman parte creadoras y creadores de las dos ciudades y pertenecen a diversas disciplinas del arte.
El teniente de alcalde y concejal de Innovación y Cultura del Ayuntamiento de L'Hospitalet de Llobregat, David Quirós, ha asegurado que una de las razones para reformar el puente ha sido la de llevar la cultura a todos los rincones de la ciudad más allá de los espacio tradicionales.
Cultura y naturaleza
“La cultura es el motor del cambio social que permite dialogar y recuperar el espacio público”, en palabras de Quirós. De ahí que las columnas del puente de la Riera Blanca que une las dos localidades catalanas sea, según sus creadores, un homenaje a la naturaleza, a la Tierra y a las diferentes visiones cosmogónicas del mundo.
La decoración responde a diferentes lenguajes artísticos, como el grafiti y la pintura tradicional.