La ciudad de Barcelona tiene grandes vistas que merece la pena ser disfrutadas desde las alturas. Con la llegada del buen tiempo, las terrazas y las azoteas más exclusivas de la capital catalana se transforman en lugares llenos de vida donde disfrutar de unos cócteles admirando las vistas.

Es el caso de estos cuatro espacios que, por ubicación, vistas y ambiente, constituyen algunos de los lugares más disfrutables de la Ciudad Condal. Edificios que sorprenden por su localización y su altura y que ofrecen a los visitantes una nueva perspectiva de una ciudad llena de monumentos.

Black Marina

La terraza del Black Marina es el lugar perfecto para disfrutar del puerto de Barcelona. Ubicada en lo alto del hotel que lleva su nombre, es un lugar amplio que cuenta con un ambiente tranquilo y acogedor desde el que se obtiene una panorámica de la ciudad. Desde allí se puede ver la antigua torre Agbar al frente, el puerto a un lado y el skyline de la ciudad alrededor.

Este establecimiento cuenta además con programación musical los fines de semana: los viernes con la sesión de mezclas de los mejores DJs de la ciudad, donde se puede disfrutar de los cócteles de la casa; los sábados, con el Sunset & Live Music, que programa conciertos a la hora del atardecer; y los domingos con actuaciones en directo de jazz y soul. Una gran programación a la que hay que sumarle la gastronomía, a caballo entre el mar y la tierra, que se puede degustar en este exclusivo lugar.

La Caseta del Migdia

Si lo que se quiere es disfrutar de un ambiente más familiar y --por qué no decirlo-- de campo, más cercano a la idea de pasar un domingo en la naturaleza, La Caseta del Migdia es el lugar ideal para estos casos. Su especialidad es la butifarra y el pollo a la parrilla, que prepara con maestría y que es servida al momento, para que el comensal pueda coger sitio con vistas al mar para disfrutar del atardecer desde lo más alto.

Además, este lugar tiene una ubicación privilegiada, en lo alto de Montjuïc, muy cerca del castillo. Allí se programan también conciertos para las tardes de verano y, en primavera, se cocina una de las sensaciones de la gastronomía catalana: los calçots con salsa romesco. El ambiente es de lo más familiar, ya que La Caseta de Migdia se ha posicionado como un establecimiento para disfrutar en familia y una visita casi obligada si se va a pasar el día en las inmediaciones de Montjuic, ya que los atardeceres que se pueden contemplar desde esta zona son el broche de oro a una inolvidable jornada de campo.

B-Pool

Por último, otra de las terrazas que merece la pena visitar en Barcelona es la del B-Hotel. Esta azotea cuenta con una piscina a borde de edificio que permite darse un chapuzón mientras se disfruta de unas vistas panorámicas de la plaza España, de la Gran Vía y el Centro Comercial de Las Arenas.

Un lugar perfecto para el verano, con una carta en la que se puede comer tanto raciones como pizzas o ensaladas. Aunque el verdadero encanto de esta azotea es su zona de solárium, en la que los asistentes pueden broncearse tumbados en cómodas hamacas en pleno centro de la ciudad. Una opción muy interesante para escapar del trajín de la capital catalana y darle una oportunidad al descanso en los meses más calurosos del año.