Vincent van Gogh está más presente que nunca cuando se cumplen 129 años de su muerte (ay, si levantara la cabeza, él que solo vendió una pintura y algunos dibujos en vida). Y precisamente su deceso es lo que trae su figura a primera plana informativa. ¿Por qué? Pues porque la casa AuctionArt-Rémy Le Fur pondrá a subasta la supuesta pistola con la que el célebre pintor fue herido de muerte en julio de 1890. Será el 19 de junio en París.
Los últimos meses de vida de Van Gogh fueron especialmente turbulentos. En 1888 llegó a Arlés, donde mantuvo una breve pero intensa relación profesional con Paul Gauguin que terminó en discusión, tras la cual Vincent se cortó el lóbulo de la oreja izquierda con una navaja. Entregó el resto orgánico a una prostituta de un burdel que frecuentaba. Fue el principio de su fin. Al día siguiente terminó en el hospital por la herida y, semanas más tarde, él mismo solicitó su ingreso en un sanatorio mental, por sus problemas psiquiátricos, sus alucinaciones y sus angustias, que le acompañaron hasta el final.
¿Quién disparó a Van Gogh?
No obstante, terminó por abandonar los hospitales y vivió sus últimos días en la pensión Ravoux, en Auvers-sur-Oise, cerca de París. Allí, ya en 1890, sufrió una nueva crisis de la que fue incapaz de recuperarse. El 27 de julio de ese mismo año, fue herido en el pecho supuestamente con el revólver Lefaucheux que ahora se subasta, que habría cogido al dueño del albergue. Murió dos días después en su cama. La teoría más extendida es que trató de suicidarse, pero en los últimos años ha aparecido una versión alternativa: dos chicos le dispararon por accidente. Sufrió la herida a más de un kilómetro del alojamiento, adonde, malherido, regresó a pie.
La pensión donde murió Vincent van Gogh
Tumba de Vinvent van Gogh y Theo van Gogh, en Auvers-sur-Oise
Dicho esto, no hay ninguna confirmación de que la ya bautizada como “el arma más famosa de la historia del arte” sea realmente la pistola con la que Vincent o los jóvenes hirieron al pintor. El revólver lo encontró un granjero en 1965 en Chateau d’Auvers, donde se cree que el artista se autolesionó. Y los estudios científicos confirman que este objeto llevaba en esa tierra al menos 50 años. Por otra parte, el calibre de 7 milímetros coincide con la bala recuperada del cuerpo del artista. ¿Es suficiente prueba? No para la directora de Subastas Segre, Mercedes de Miguel: “No hubiéramos sacado esta pieza en España; sacar a subasta una pieza sin la certeza de su autenticidad es prácticamente imposible”.
El revólver, visto desde el otro lado
En la misma línea se expresa Daniel Canabal, catalogador en Goya Subastas: “Es difícil demostrar” el origen de esta pistola. Sin una fe pública, una carta u otro documento que lo acredite, “nadie podrá certificar” que ese sea el revólver, hoy oxidado. Tampoco lo pondría a subasta. Explica que, en el caso de obras de arte, “o tienes una mínima garantía de originalidad o no se subasta”. Ello no quiere decir que todo lo que sale al mercado esté certificado, pero tras investigaciones y análisis una pintura se puede “atribuir” a un genio.
En cualquier caso, en España no hay un cliente para estos objetos, “no hay coleccionismo de armas importante”, matiza De Miguel. Por lo tanto, “no compensa económicamente”. Por cierto, la casa de subastas francesa espera obtener entre 40.000 euros y 60.000 euros por la pistola de Vincent. Canabal añade que el español es un “mercado pequeño” para estos objetos y que, de todos modos, este revólver es “cero interesante”. “No creo que estén interesados ni el Museo Van Gogh –aunque esta entidad ya lo mostró en una exposición en 2016 y en su catálogo sostiene que existe una gran posibilidad de que lo haya usado en su intento de suicidio– ni entidades relacionadas con el artista”, que se centran más en su obra que en su trágico final. Solo un coleccionista friki pujará por él, concluyen.
'El dormitorio en Arlés' en 3D, en la exposición Meet Vincent van Gogh / CG
Quién le hubiera dicho a Vincent que la supuesta pistola con la que fue herido de muerte tendría más valor que su obra en vida. La exposición inmersiva Meet Vincent van Gogh, que tiene lugar en Barcelona hasta el 2 de junio, acerca al visitante a la vida del artista para entender mejor su pintura. El recorrido termina, precisamente, con el vídeo de la millonaria subasta de uno de sus cuadros, como colofón a la vida de un pintor incomprendido que lo dio todo por su pasión y que solo ha triunfado después de muerto.