Desde su inauguración en 1847, el Gran Teatro del Liceu se ha mantenido como uno de los puntos musicales más importantes del mundo, sobre todo en lo que a ópera se refiere. Situado en La Rambla de Barcelona, todavía es considerado el teatro en activo más antiguo y prestigioso de la Ciudad Condal, símbolo de la nobleza y la burguesía catalanas.
Con motivo de su 171 aniversario, hacemos un repaso exhaustivo por algunas de las curiosidades más interesantes de este templo operístico sin parangón.
El Liceu posee un patrimonio artístico de excepción
Su pasado como convento
El auténtico origen del Gran Teatro del Liceu se remonta al año 1844, cuando la sociedad Liceo Filodramático Montesión, una entidad que promovía la enseñanza musical y la representación escénica, adquirió el Convento de los Trinitarios para levantar un nuevo edificio que acogiera todas las actividades del Liceu.
A lo largo de su historia, el teatro ha sufrido multitud de reveses. En 1861, El Liceu sobrevivió al primero de los incendios que debilitó su estructura. Décadas después, en 1893, hizo frente a un atentado anarquista donde perdieron la vida 20 personas. Y de nuevo en 1994, un gran incendio destrozó la sala principal del teatro, que más tarde fue reconstruida respetando la decoración original.
Es todo un referente dentro del género de la ópera
Un espacio arquitectónico de gran interés
esde el punto de vista arquitectónico, el Liceu de Barcelona destaca por su hermoso vestíbulo, la escalinata, el salón de los espejos y la reconstrucción de la sala destruida en el incendio de 1994. Su increíble belleza lo convierte en uno de los hitos artísticos más ilustres de la ciudad.
Entre los artistas que han participado en su majestuosa decoración destacan Francesc Miralles, Modesto Urgell, Alexandre de Riquer, MiquelGarriga i Roca, Ramón Casas y Santiago Rusiñol. Todos ellos han conseguido levantar un patrimonio artístico digno de mención.
El Gran Teatro del Liceu cuenta con su propio club privado
Club secreto
Pocos meses después de la fundación del Liceu, el 20 de noviembre de 1847, se creó el Círculo del Liceu, un exclusivo club privado del cuál solo podían ser socios los hombres o sus viudas.
Una norma que desapareció en 2001 con la incorporación de las dos primeras mujeres al registro de socios: Adela Subirana y Magda Ferrer-Dalmau.