Eduardo Mendoza tira de humor e ironía en la recogida del Premio Cervantes
El escritor barcelonés pronuncia un discurso "forzosamente quijotesco", aunque no "una lección cervantina"
20 abril, 2017 13:55El escritor barcelonés Eduardo Mendoza (Barcelona, 11 de enero de 1943) ha utilizado el altavoz del Premio Cervantes para reivindicar el humor en la literatura. El autor ha recibido el galardón de manos del rey, Felipe VI, este jueves, 20 de abril, en la solemne ceremonia que se ha celebrado en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.
Mendoza ha adelantado que pronunciaría un discurso “forzosamente quijotesco” aunque no “una lección cervantina”. Él, “asiduo” de El Quijote y “de profesión, sus labores”, ha reivindicado la excelencia del humor en la literatura, que practica en sus escritos “con reincidencia”, y ha negado que se trate de un género menor.
Cambios culturales
“Vivimos --ha dicho-- tiempos confusos e inciertos”, y no en lo que se refiere a la política y a la economía donde siempre son así “porque somos una especia atolondrada y agresiva y quizá mala”, sino en lo que atañe al cambio radical del conocimiento de la cultura y las relaciones humanas. Un cambio que “no tiene por qué ser nocivo, ni brusco ni traumático”.
Siguiendo este hilo de mezclar realidad con ficción novelesca, el autor catalán ha reconocido que alguna vez se ha preguntado si Don Quijote “estaba loco o si fingía estarlo para transgredir las normas de una sociedad pequeña, zafia y encerrada en sí misma”.
El Quijote, loco
Así, su conclusión es que el ingenioso hidalgo está “realmente loco, pero sabe que lo está, y también sabe que los demás están cuerdos y, en consecuencia, le dejarán hacer cualquier disparate que le pase por la cabeza”.
Mendoza ha recogido el premio ataviado con el tradicional chaqué, una prenda que, a partir de ahora, llevará “siempre”, ha bromeado, porque con ella se encontraba a gusto.
El catalán y el castellano conviven con naturalidad
Felipe VI ha elogiado a Mendoza como “maestro en el manejo del idioma” y “verdadero biógrafo” de Barcelona, ciudad que ha propiciado “un extraordinario ecosistema cultural” y donde, como en su obra, la convivencia entre castellano y catalán “es algo natural”.
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha defendido que parte de la grandeza de su prosa está en “ese limbo” que hace imposible tomarse “totalmente en serio” sus novelas, pero todavía “más imprudente” tomárselas “totalmente a broma”. De Mendoza ha dicho que es un narrador con mirada “irónica, paródica y eminentemente cómica”.
Además de los Reyes y Méndez de Vigo han asistido la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo; el director de la RAE, Darío Villanueva; la directora de la BNE, Ana Santos; el presidente del Grupo Planeta, José Creuheras; la defensora del Pueblo, Soledad Becerril; el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.