Rodeado de una teatralidad que él mismo dice aborrecer, el escritor Carlos Ruiz Zafón ha presentado hoy su nueva novela, El laberinto de los espíritus. La obra cierra el cuarteto El cementerio de los libros olvidados que comenzó hace 15 años con la celebérrima La sombra del viento. De nuevo, Barcelona es la protagonista principal de una historia de héroes cotidianos que ya desfilaban en sus anteriores novelas, y por supuesto, de villanos.
El autor ha explicado que en esa serie ha intentado mezclar varios registros: novela gótica, de aventuras, aprendizaje, pero la última entrega tiene una fuerte carga de intriga. No le agrada hablar de “mensajes al lector”, pero sí le gustaría que sus libros fomentaran el espíritu crítico. “Me gustaría que los lectores se cuestionaran la realidad, que se cuestionen todo aquello que se les vende, todo aquello que procede de personas que dicen cómo tenemos que vivir. Si hay que cometer errores, cometamos los nuestros, no los de los demás”, ha enfatizado.
Escenario espectacular
La presentación ha consistido en un diálogo entre el autor y el periodista Carles Francino, con un amasijo de libros y la solemnidad de la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, situada en el Tibidabo, como impresionante telón de fondo.
Y sobre teatralidad, precisamente, ha hablado el escritor, que sigue viviendo a caballo entre Los Ángeles y Barcelona. “¿Qué le preocupa más, el fenómeno Trump o el procés?”, le ha preguntado Francino. “No suelo polemizar con temas políticos, ya hay personas que se dedican a polemizar. Yo tengo una visión muy seca sobre ideologías, me cuesta calentarme, veo el sainete que hay en todo juego político, la teatralidad. Pero me preocupa bastante más lo de Trump que lo del proceso, pues en este se necesita diálogo, se trata de encontrar una solución a un conflicto político”.
La posverdad
El autor cree que vivimos en un momento de teatralización, de escenificación, de lo que ahora se ha dado en llamar posverdad, donde se apela a los sentimientos y no a los hechos veraces
Sobre el mundo digital, que ha crecido parejo al desarrollo de sus novelas, ha bromeado sobre uno de sus personajes, Fermín, “un niño al que debería limitar su acceso a las redes”. Considera que un tuit “no tiene alma” pues “es solo un instrumento de comunicación novedoso, como cuando apareció el teléfono". "La mística se diluye con el tiempo y se vuelve cotidiano. Es mucho más banal de lo que pensamos”, ha concluido.
Ruiz Zafón ha calificado de “deforestación cultural” el pirateo de libros, lo cual induce a plantearse “si las personas tienen un código ético y lo cumplen". "Un corrupto no cree serlo. Echamos la culpa a los demás del mundo que tenemos, pero nosotros somos los que construimos ese mundo”, ha sentenciado.