Los 'cerdónimos' tratan de adueñarse de las redes
Aunque los activistas son tan eficaces como para echar de Facebook a Joaquín Leguina, lo cierto es que este tipo de avatares apenas suponen el 15% de los perfiles
3 junio, 2016 23:35Los cerdónimos --cerdos en sentido figurado que ocultan su identidad-- han echado a Joaquín Leguina, expresidente de la Comunidad de Madrid, de Facebook. El pasado 26 de mayo se despidió de sus 2.410 seguidores y amigos. En el adiós incluyó literalmente a “la multitud de tarados, impostores y calumniadores, que han tomado por asalto las redes sociales”.
Leguina aducía para su retiraba la imposibilidad de mantener esa actividad por “su nueva situación laboral”, pero huele más bien al hartazgo de leer insultos y lindezas todos los días. No hay duda de que se va harto de soportar gentuza en internet. Aunque su huida de las redes puede quedarse en algo virtual. Y vuelva.
Preocupación creciente
En cualquier caso, el portazo de este expolítico socialista, escritor y tertuliano brillante, no es único, pero sirve en bandeja un problema preocupante desde hace años: la invasión en internet de los cerdónimos, adjetivo perfecto, según algunos filólogos, para esos personajillos que insultan agazapados y escondidos bajo nicks y pseudónimos. También podría usarse cobardónimo, difamónimo, insultónimo…, pero no tienen tanta eufonía ni son descriptivos ni rompedores.
Un reciente estudio de la Facultad de Ciencias de la Información de la madrileña Universidad Complutense ha certificado, tras analizar durante un año diarios impresos, digitales nativos y foros en medios de Madrid y Barcelona, que los cerdónimos ocupan de media más del 15%. Este porcentaje de insultadores diarios es bastante gente, desocupada y/o desequilibrada.
Las asociaciones de usuarios de internet y de internautas hace años que se preocupan por este tema. No menos se preocupa la policía y Guardia Civil, que conocen el fenómeno, pero solo actúan ante denuncias formales en sus dependencias o juzgados.
Patología social
El sociólogo Santiago Hernández no ofrece respuesta al origen de esta patología social ni soluciones para evitar o reprimir estas conductas que son delictivas o enfermizas. “Me temo que hay y habrá una legión de cerdónimos, en España y en el mundo mundial, durante mucho tiempo”, lamenta.
No obstante, el experto considera que “en internet se da la misma proporción de población honrada, sana y equilibrada, y los mismos delincuentes y desequilibrados que en la vida real”. El matiz, añade, es que el insulto y la difamación en la red, bajo el anonimato, quedan más impunes. Lo ideal, propone, sería que jueces, fiscales y policías se empleasen a fondo, aunque no sean delitos tan graves como otros.
Moderadores y cierre
Los medios de comunicación digitales tienen moderadores en sus foros que evitan los comentarios “inapropiados”, advierten al insultador que modere el lenguaje, o los suprimen. Pero no todos los medios son diligentes, no todos los moderadores moderan y algunos no quieren condicionar una mal entendida “libertad de expresión”.
Grandes diarios y no tan grandes del Reino Unido, Holanda, Bélgica, Francia, Alemania, han cerrado por horas, incluso días enteros, los foros de internet ante el clima de crispación y la abundancia de cerdónimos con motivo de atentados yihadistas (en Francia y Bélgica) o el aluvión de refugiados en Europa.
Los musulmanes y los refugiados han llegado a desatar las iras de batallones de cerdónimos durante días y han obligado a esta drástica censura. Tras los insultos había mucho nacionalista exaltado, según dijeron esos diarios.
Los expertos en Derecho Penal aseguran que internet es territorio donde también existe y está en vigor el Código Penal. “No es un espacio impune, ni un espacio sideral fuera del alcance de la ley . Quien roba, estafa, exalta el terrorismo, recluta yihadistas, insulta a las instituciones, difunde pornografía infantil, por internet, comete delitos”, explica un profesor de la Universidad Carlos III.
Frecuentemente se ven detenciones por estos ilícitos penales. Puede que a los cerdónimos también les llegue su San Martín.