Parte del equipo de profesionales de Reimagine Food, encabezado por el fundador y consejero delegado del grupo, Marius Robles (en el centro con americana gris)

Parte del equipo de profesionales de Reimagine Food, encabezado por el fundador y consejero delegado del grupo, Marius Robles (en el centro con americana gris)

Creación

Reimagine Food, el futuro de la alimentación se plantea desde Barcelona

La empresa impulsada por Marius Robles cerrará el ejercicio con un millón de euros de facturación y su desembarco en Singapur, Italia y Silicon Valley

5 noviembre, 2015 18:08

La comida de moda actualmente en Silicon Valley tiene un nombre propio: Soylent, la start up que marcó un hito en el sector al recaudar 200 millones de euros en tan sólo 18 meses para comercializar una línea de batidos sustitutivos a un precio competitivo y, por primera vez, no planteados para adelgazar. Aportan todos los nutrientes que realmente necesita el cuerpo en un día y son el mejor ejemplo empresarial del food replacement, una de las tendencias alimenticias actuales que se han identificado y se trabajan desde Reimagine Food, un grupo centrado en la innovación del sector con sede en Barcelona que marca perfil propio en todo el mundo.

Tanto, que sólo un año y medio después del kick start ultima su desembarco casi simultáneo en tres plazas clave para la innovación alimenticia. Antes de que termine el año se establecerán en Singapur, uno de los focos internacionales de I D y puerta de entrada en Asia, y Milán (Italia), sede este ejercicio de la Exposición Universal cuyo leitmotiv era “alimentar el planeta”. Además, el fundador y consejero delegado de Reimagine Food, Marius Robles, se da el primer trimestre de 2016 para llegar a Silicon Valley.

Ampliación de capital

Los gestores de la empresa catalana ya han iniciado conversaciones con socios locales para incorporarlos en el accionariado de las filiales, hecho que les propiciará el oxígeno económico necesario para extender su iniciativa por el mundo y les facilitará dar los primeros pasos. La inversión estadounidense se pilotará desde la holding de Barcelona, que también se ha abierto al capital riesgo.

Eso cambiará un poco el perfil actual de la compañía, que prevé cerrar este ejercicio con una facturación de un millón de euros que permitirá al equipo gestor llegar al punto de equilibrio. De entrada, elevará los ingresos hasta los 2,5 millones según la previsión actual.

También tendrá afectación en los accionistas, con menor presencia de las family office e inversores particulares catalanes que participaron en las primeras rondas de inversión (la del letrado Emilio Cuatrecasas; la del presidente de Europastry, Jordi Gallés; y el vicepresidente de Natura Bissé Group, Joaquín Serra) a favor de inversores internacionales. “Si queremos jugar en champions debemos tener a socios de esa división”, afirma Robles.

Alimentación personalizada

¿De qué va su partido? De buscar, principalmente, las denominadas nuevas compañías disruptivas del sector. “Que Barcelona sea el motor y tenga el liderazgo de la alimentación más tecnológica”, indica el consejero delegado. Esta fue la idea de la que partió en enero de 2012 para dar forma a Reimagine Food, que inició su andadura profesional en abril de 2014.

¿Hacia dónde avanza el sector? Robles indica que, con las tendencias que ha analizado y tras los “informes catastróficos” de la OMS sobre los efectos nocivos para la salud (cáncer) de comer en exceso carne y de la FAO que alerta de que la producción agrícola debería incrementar el 75% hasta 2050 para satisfacer las demandas de los 10.000 millones de habitantes que se esperan entonces, se avanza hacia “una alimentación más personalizada y adaptada a variables genéticas de la persona, los gustos y el equilibrio”.

Las cuatro proteínas del futuro

Además de los batidos de Soylent, también existen empresas igualmente estadounidense que han lanzado al mercado sustitutivos del huevo, un pollo producido sólo con proteínas vegetales e incluso se consiguió una hamburguesa in vitro realizada con carne cultivada a partir de células madre. En esta línea, Robles señala cuáles serán las cuatro proteínas del futuro: “Soja, grillos, quinoa y algas”.

La innovación tecnológica de la alimentación va más allá de los sustitutivos. También tiene una presencia destacada el big data, cómo gestionar gran cantidad de información; el Internet de las cosas, la red aplicada a elementos de uso cuotidiano que van desde anillos o un reloj a la lavadora o la nevera; la inteligencia artificial; la impresión en tres dimensiones; los robots y el móvil.

Programa Prometheus

Estos serán los perfiles de empresas tecnologías que los gestores de Reimagine Food espera que se unan a la segunda edición del programa de emprendimiento Prometheus. Está abierto a 15 compañías de todo el mundo y contará con un comité de 100 especialistas que ejercerán de mentores durante los tres meses que dure el proyecto, cuyo objetivo es ajustar profesionalmente las iniciativas y acercarlas a inversores.

Cabe tener en cuenta que las sumas que se mueven en el sector son importantes. McDonald’s, por ejemplo, ha destinado 148 millones de dólares (134,4 millones de euros) en diseñar y lanzar al mercado su nueva aplicación centrada en vender sus productos y que Starbucks factura cinco millones de dólares (4,5 millones de euros) semanales a través de los pagos on line de 11 millones de clientes registrados.

Trabajo específico con el sector privado

Además del trabajo emprendedor, parte de la actividad de Reimagine Food se basa en identificar y desarrollar proyectos de innovación tecnológica en empresas del sector. Su cartera de clientes incluye grandes nombres como Heineken, Carrefour, El Corte Inglés, Danone, Campofrío, Fritravich, Pernod Ricard, Agbar, Areas, Bimbo, GB Foods (antigua Gallina Blanca), Borges, Autogrill, Nestlé, Spring Singapore, Restaurant Association of Singapore, USA Pavilion e incluso perfiles financieros como DBS, el principal banco de Singapur.

La plantilla actual llega a las 15 personas con la reciente incorporación de dos profesionales. Reimagine Food está instalado en el campus de EsadeCreapolis de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).