François Gissy es un aventurero francés que confiesa estar un poco loco. Confesión que a viene a cuento de justificar el por qué un amigo suyo ingeniero instaló un cohete alimentado por hidróxido de peróxido altamente concentrado y tres motores en una bicicleta para alcanzar hasta los 333 kilómetros por hora y dejar a un Ferrari F430 a la altura del betún en cuanto a aceleración.
Evidentemente, Gissy no pedaleaba en el circuito de Le Castellet (sur de Francia) el pasado viernes si no que más bien, tal y como se aprecia en el vídeo, sus piernas colgaban hacia atrás debido al brutal arranque de aceleración que proporciona el cohete.
No es la primera vez que Gissy intenta superar el record mundial de velocidad sobre bicicleta, en una ocasión anterior la prueba acabó en accidente. Aunque, como era de esperar, Gissy seguirá tentando a la suerte y, si consigue un patrocinador, quiere construir una 'bicicleta monstruosa' que pueda alcanzar los 400 kilómetros por hora en dos segundos.