El doctor José María Trilladas moraliza sobre las tarjetas negras de Caja Madrid. Ni uno sólo de los apuntes de gastos se refiere a compras de libros, discos o películas. Todo son comidas, dice, y puterio camuflado, clubes, saunas, spas, hoteles y masajes. También hay vinos, chucherías de gourmet y mucha retirada del cajero en efectivo, porque hay cosas que sólo se pueden abonar en cash y por adelantado. Pero ni una sola librería. Todo son güisquerías y virguerías. Por sus cargos los conoceréis, brama Trilladas, que insiste en la naturaleza condensatoria de su hallazgo. Ni un libro, ni un periódico, ni siquiera un triste fascículo. Nada que pueda parecer cultura.
Eran más de Ikea que de la Fnac, más del Don Angelos que de la Casa del Libro, más de estanco que de círculos de lectores. La gente potente no tiene tiempo que perder ni para leer. Y se nota, vaya si se nota. El Madrid tontorrón de Blesa y Rato, de Sppotorno y Arturo Fernández, de Barcoj y Ones. La capital del pequeño Nicolás y de las tostas de tuétano, la ciudad de Botella y Pepe Gotera.
El pequeño Nicolás es un personaje de la Villa y Corte que con sólo 20 años ya le ha pegado un timo de 25.000 euros a un chocholo ejecutivo bancario. El tal Nicolás, de apellidos Gómez Iglesias, se hacía pasar por alguien que trabajaba para el Gobierno, hilo directo con todos los ministros, colega del Rey, de Esperanza Aguirre y de todo el peperío, agente del CNI y asesor áulico de Soraya Sáenz de Santamaría. Militante, o a saber qué, de Nuevas Generaciones, se había hecho fotos con la flor y nata de los titulares de tarjetas negras. Todo mentira lo que decía. Un fan, un robafotos, un aspirante a logrero que le pispó la pasta a un ignorante con la argucia o astucia de decirle que Hacienda investigaba a su mujer. El tipo entró en pánico y aflojó la pasta porque el chavalito, que se había colado en la recepción inaugural del reinado de Felipe VI, le dijo que él podía parar el expediente. Este Lazarillo de Tormes era del barrio de la Prosperidad, que es como aquí la Prosperitat. Entre Usera y Pan Bendito, entre los latin y la casta, Nicolás se hizo de la casta. Estaba muy tierno aún. Cuatro años más y hubiera sido concejal con tarjeta black y Johnnie Walker para desayunar.
La jet-set es lo que tiene, hambre, sed y sueños rotos, la blandenguería propia de quien dispone de un limite en efectivo de seis mil euros en cualquier cajero, en cualquier momento. Nunca se sabe cuándo se puede necesitar un billete de cien euros para hacerse un rulo. El doctor Trilladas no. Estaría todo el día enganchado a Amazon comprando libros y "productos" culturales. Habla maravillas de "True Detective" con muestras de encendido asentimiento del profesor Miquelarena, catedrático emérito de Fisioeconomía de la Universidad Católica de Lovaina. Nos avanza Miquelarena que la recesión ya no es ni una V ni una U, sino una W. Esto es, sostiene, que en esta crisis hay fases de tímida recuperación y franco desplome y que hasta 2018, ni soñar con salir del agujero.
Carlos Irwin Estévez, para el mundo Charlie Sheen, es el peñista de la semana. Ha dejado a su prometida, una actriz X, a un mes de la boda. Entre Sheen y Clooney no hay color. El primero es un actor de método, un estajanovista de la introspección lisérgica, mientras Clooney no es más que un vendedor de cápsulas de vete a saber el qué pero que le llaman café. A Gerard Piqué también le llaman jugador y no se refieren al balompié. El defensa central del Barcelona y de la Selección se la lió a una patrulla de la Guardia Urbana de Barcelona. Les dijo de todo, a la salida de una discoteca y en dirección a un casino, a las dos y cuarto de la madrugada de un lunes. Ojo al dato, bueno, a los datos. Como ha pedido perdón tal el Rey Juan Carlos I en el más que un club no saben si hacerle un homenaje, dedicarle una taquilla o retirar el número que sea que lleve. "Una puta vergüenza es lo que es la Guardia Urbana", espetó el fornido jugador a los insignificantes pitufillos. Aún se está por escuchar una crítica de algún concejal o del alcalde, mismamente. Pero no, nadie sale en defensa de la Guardia Urbana, ni siquiera sus mandos políticos. Menos mal, deben pensar, que la resistencia a la autoridad sólo consistió en hacer una bola con la multa y lanzarla a los pies de los agentes. Piqué, socio del Círculo Ecuestre y miembro de honor del Círculo Vicioso, que es la fusión fría del Ecuestre, el Liceo y el Círculo de Economía. En ese momento del agradable almuerzo hace su entrada en el restaurante Paulino Sonotone y donde se hablaba de Piqué comienza una interesante disgresión sobre la tendencia de los articulistas de La Vanguardia (y de otros medios también, puntualiza Miquelarena, lector impenitente de Le Figaro y el Abc) de solazar a los lectores con sus aventuras íntimas. La última es de Quim Monzó, un relato pormenorizado de su último desayuno. Tomen nota: un zumo de naranja y limón, medio litro de agua con gas y choricillos fritos. Es el brunch modelo regüeldo. Trilladas, cuya verdadera especialidad es la teología, no puede evitar un escalofrío. Le parece satánico y prefiere el rosado para desayunar acompañando unos huevos pasados por agua con caldo de boletus y trompetas de la muerte flotando en el cuenco.
Vuelve Trilladas al asunto Piqué y advierte que si bien no es adecuado el comportamiento del joven patricio barcelonés, entre un Laporta de copa y puro y un Pujol en el Parlamento autonómico, tiene un parte positiva cual es que esta vez no llevaba a su pequeño sobre los hombros. Para Trilladas, que es un clásico, una manifestación política es tan inadecuada para un menor como una discoteca o un casino.
¿Un texto sin proceso? ¿Y en un procesador de textos? Es imposible. El proceso impacta de lleno en la peña, que deja de llamarse chistorra. A partir de ahora es La Gran Peña Los Charnegos. Miquelarena dice que él es de Bilbao, hidalgo y de apostar en las carreras de bueyes. No se aclara. Hace una semana quería un hipódromo y ahora está con trasladar las carreras de bueyes y chistularis de Hernani a la explanada del Forum de las Culturas, para que sirva de algo, como la Monumental mezquita. Protesta, pero le hemos retirado el derecho a decidir hasta que se avenga a llamar James a James y no Yeims, como se obstina en pronunciar porque también es lector del The Wall Street Journal, con el que se pasea bajo el brazo.
La que ha liado la hija de la condesa Beatrice Wilhelmine Paula von Hardenberg-Fürstenberg y el duque de Sevilla, un mindundi al lado de los Frostenberger-Hardemonium, proceden de la Baja Renania. Total que Olivia de Borbón von Stepufectanten y Wilhelmine de los Andes y la Maestranza, por abreviar Olivia de Borbón, se ha hecho una lipoescultura para su boda, que era la insulsa portada del Hola de la semana pasada. Se casó con un plebeyo, Julián Porras, empresario madrileño, en concreto, nocturno. Se puso el derrière de Jennifer López, una creación del famoso doctor Tafalla, conocido around the world y en Marbella, donde pasa visita. El doctor, cirujano, por concretar, opera en Madrid. Trece mil del ala en silicona para tener el culo de las Kardashian, que es a las posaderas lo que una plaza de toros como la Monumental de México, D. F., puntualiza la musa, que ha visto muchas corridas. El caso es que según cuenta La Otra Crónica, Olivia de Borbón dijo que le pagaría en especie, que en ese caso significa que haría propaganda de las manos de Tafalla en las revistas. Pero de eso nada. Dice que el culo es suyo. Se ha puesto feminista y no paga. ¿Cómo la van a desahuciar de su propio culo por muy hipotecado que esté? Debería ponerse en manos de nuestro doctor Trilladas, que le ha cambiado la vida a Sonotone con un implante capilar y una reducción abdominal.
Pues eso, a partir de ahora, Los Charnegos.
18 de octubre, San Lucas Evangelista
Posdata: La imagen de la clínica del doctor Tafalla es Falete.