Un equipo de astrónomos de EE UU y Europa acaba de anunciar el descubrimiento de un nuevo tipo de planetas: las megatierras. Su primer representante es Kepler-10c, de superficie rocosa y con un peso 17 mayor que el la Tierra. El hallazgo ha sido posible gracias a las observaciones del Telescopio Nazionale Galileo desde Canarias.
La existencia del exoplaneta Kepler-10c se confirmó en 2011 en la reunión anual de la American Astronomical Society en Boston (EE UU). Esta semana, en el mismo marco, se ha informado de que este objeto es la primera megatierra conocida, un nuevo tipo de planeta más grande que las supertierras descubiertas hasta ahora.
Kepler-10c fue observado por primera vez con el telescopio Kepler de la NASA, que detectó su tamaño 2,3 veces superior al de nuestro planta. La novedad es que se trata de un mundo rocoso, con elementos como el hierro, y que presenta una masa o densidad 17 superior a la de la Tierra.
Esta información la ha facilitado el cazador de planetas HARPSN, un espectrógrafo de alta precisión instalado en el Telescopio Nazionale Galileo que tiene el instituto italiano INAF en La Palma (Islas Canarias).
“El resultado de este descubrimiento ha sido una verdadera sorpresa”, destaca Xavier Dumusque, científico del centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (CfA), desde donde se ha coordinado un equipo de astrónomos europeos y de EE UU.
Con las teorías actuales los investigadores esperaban que un objeto del tamaño de Kepler-10c no estuviera compuesto de rocas. Se suponía que un planeta tan grande captaría gas hidrógeno según creciera y se convertiría en un gigante gaseoso, como Júpiter o Neptuno.
Según los autores, este resultado es muy importante porqué amplía la posibilidad de encontrar planetas en las zonas habitables de los sistemas planetarios. “¡Es el Godzilla de las tierras! ", señala otro investigador del CfA, Dimitar Sasselov, "aunque a diferencia del monstruo de la película, Kepler-10c tiene implicaciones positivas para la vida".
Kepler10c necesita 45 días para cumplir una órbita alrededor de su sol, una estrella de tipo solar pero mucho más vieja: 11.000 millones de años, cuando nuestro sistema solar alcanza solo los 4.500 millones.
Si un planeta rocoso como Kepler10c se ha podido crear cuando el universo solo tenía 3.000 millones de años, esto significa que en esta época las estrellas de primera generación ya habían formado y difundido en el espacio elementos pesados.
Este es otro dato a favor de la posibilidad de encontrar planetas gemelos a la Tierra, ya que según los datos conocidos hasta ahora, planetas de este tipo pueden crearse también en una epoca del universo en la que la concentración de metales era muy baja.
El sistema planetario de la estrella Kepler10 se encuentra a 560 años luz de la Tierra en la constelación del Dragón. Está formado por la megatierra Kepler-10c y un planeta de lava con una masa tres veces la terrestre. Orbita alrededor de su estrella en solo 20 horas.