El actor y director de cine Daniel Guzman Barcelona
Daniel Guzmán: “En España se hace de tu opinión personal un arma arrojadiza contra tu trabajo”
El director estrena su nuevo largometraje como director, donde une cine social y thriller para hablar de gentrificación y culpa
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La deuda es la tercera película de Daniel Guzmán como director. Hace referencia al impago de la vivienda en los que viven los personajes del film, pero podría ser también el legado que se deja e incluso la situación del propio realizador.
El también director se ha embarcado a producción este último largometraje y confiesa que ha sido y sigue siendo muy difícil de afrontar. Era marzo cuando presentaba la cinta en el Festival de Málaga y no encontraba distribuidor y, cuando se realiza esta entrevista en Barcelona, revela que acababa de cerrar el dinero para un preestreno que iba a celebrarse en cuatro días.
El dinero parece estar detrás de todos los problemas. O más bien, la falta de él. Claro que, como objeto inanimado, la culpa no es de un papel, sino del ser humano. E indagar en las miserias del hombre, Guzmán es experto.
Todas sus películas hasta la fecha reflejan las fallas de una sociedad que beneficia a unos pocos y excluye a muchos. En La deuda, la perjudicada es una octogenaria afectada por la gentrificación, pero también su hijo, un adulto desempleado, cuya culpa le acecha tanto como sus acreedores y emprende una huida hacia adelante de consecuencias insospechadas. Thriller y cine social en una misma cinta.
- Nueva película de Daniel Guzmán que, una vez más, viene con temática social. Ya es su marca como director, ¿no?
- Bueno, en este caso he intentado hacer una apuesta mayor metiendo un poco el thriller. De hecho, creo que es mi película más ambiciosa a nivel de estructura. Parte de una premisa social y luego se convierte en un thriller, que también es el pretexto para contar temas sociales y enganchar al espectador hasta el final.
- Pero le hemos escuchado decir que usted no es un gran fan del cine. ¿Cómo se coló esa idea, entonces?
- El detonante es un tema personal que yo había vivido con mi abuela. Empecé a escribir y el guion iba teniendo forma de thriller. Todo el rato es la huida hacia adelante del protagonista buscando el dinero para que no pierda la casa el personaje de Antonia.
- A partir de ahí se va ya liando mucho por la culpa, el error que comete con el resultado fatídico y la búsqueda de afecto con Susana. Ahí se empiezan a entremezclar tres tramas desde un punto de vista de género thriller. Pero sí, sigue siendo un cine social, aunque ya tiene otra envoltura.
Daniel Guzman Barcelona
- Dice que la idea surge de una situación personal y me ha impresionado. Cuesta creer que el entorno de una persona famosa como usted también viva estas situaciones.
- Bueno, es que pertenecemos a esta sociedad e intento que mis películas estén apegadas a la sociedad en la que vivimos. Al final, yo vivo con ello y me sale hablar de esto de manera inconsciente, no es que busque a posta estas historias.
- Pero es su seña de identidad.
- No es una seña de identidad. Todas las premisas, temas y películas que hago simplemente están cercanas a la vida.
Daniel Guzman Barcelona
- Pero en ‘La deuda’ no indica el culpable o, en cualquier caso, no es algo o alguien concreto.
- Trato de, no adjetivar, ni opinar. Intento dar una historia y que sea al público de manera activa el que tome o forme su opinión. Como el periodismo interesante, el que no adjetiva.
- A mí no me gusta ser clasista. En todos los barrios hay buenas y malas personas, por eso no quiero generalizar. Por eso, con esta película busco que el público entienda al personaje sin juzgar, otra cosa es que esté de acuerdo.
Daniel Guzman Barcelona
- Bueno, pero es imposible pensar que el protagonista no está cargado de culpa. De hecho, ¿qué cree que pesa más la culpa o una deuda?
- Depende del importe de la deuda, pero generalmente la culpa pesa mucho. En una sociedad judeocristiana donde la religión al final te lo ha metido a fuego, la culpa está en tu ADN, está intrínseca en tu vida. La culpabilidad nos condiciona, nos bloquea y no nos deja avanzar como personas.
- En cambio, la redención, el entender que hacemos lo que podemos, muchas veces es lo que nos deja ser. Porque al final la culpa la llevamos arrastrando hace mucho tiempo por el poder, las religiones… Me apetecía reflexionar y profundizar en el tema de la culpa.
Daniel Guzman Barcelona
- De hecho, si bien su personaje trata de huir hacia delante, la culpa no hace otra cosa que obligarle a mirar atrás todo el rato
- Él siempre está huyendo. De la policía, de la banda, de la culpa… y se quiere enfrentar a ella, porque quiere pedir perdón a Gabriela y volver a la cárcel sanado. Lo que pasa es que todo se va complicando y cada vez le va costando más.
- Es casi el viaje del antihéroe.
- ¡Totalmente! Es paradójico, porque tiene los dos caminos, el del héroe y el del antihéroe. Está la huida hacia adelante del antihéroe y el del héroe que ayuda a una persona mayor para que no le echen de su casa.
Daniel Guzman Barcelona
- Bueno, es que el desahucio, la gentrificación y la vivienda, en general, es el tema con el que arranca la cinta.
- Bueno es que está tan arraigado a nuestro presente y lamentablemente a nuestra actualidad… El modelo de desarrollo de las grandes ciudades ha apostado al turismo y lleva muchos años así. Y ahora estamos sufriendo las consecuencias con una tensión inmobiliaria que hace imposible realizarse como persona, porque el 80% de tu sueldo mínimo interprofesional va dedicado a la vivienda.
- Por lo tanto, no te puedes realizar en ningún aspecto porque para pagar el bien más necesario que es la vivienda y el alimento a duras penas puede llegar a fin de mes. Por eso la gentrificación, que ya lleva arrastrándose desde hace mucho tiempo y está tan presente en nuestra vida, sale de manera inconsciente o de manera indirecta a la hora de escribir.
Daniel Guzman Barcelona
- Sin dejar de entretener, de algún modo.
- Prefiero hacer una película que aparte de entretener y mantenerte enganchado a la butaca, te cuestione y te invite a la reflexión. Y más en un tema social. Porque el cine, que muchas veces mira hacia otro lugar, debe ser un altavoz o una lente a partir del cual, entender que tenemos un problema, conocerlo y buscar soluciones. El cine es una herramienta social y educacional muy potente.
- ¿Su posicionamiento político le ha empezado a afectar?
- Sí. Y es paradójico. Te dicen que estás en una democracia donde tú puedes y debes manifestarte o decir lo que piensas de una manera libre. Pero en este tipo de España, donde está todo tan sumamente polarizado, se intenta hacer de tu opinión personal un arma arrojadiza contra tu trabajo y tu profesión. Pero se hace con todo desde hace 30 años. Pero, mira, mi abuela me enseñó que lo más importante en la vida era la libertad y dormir bien. Y yo, por ahora, duermo bien y soy libre.
Daniel Guzman Barcelona
- Claro, pero ahora la libertad la usa cada uno a su manera. Hasta Felipe González dijo que el socialismo era libertad. Y otros dicen lo contrario…
- Ya, también. Estamos utilizando el concepto sin ningún sentido. Dando argumentos vacíos como “Vota libertad”para que el votante se agarre a algo. Pero bueno, Felipe cada tanto esta agobiado en su casa y suelta alguna píldora, como lo de Gaza.
- Y eso que es de izquierdas.
- Él fue de los primeros que engañaron a la izquierda.
Daniel Guzman Barcelona
- Por último, y retomando su trabajo: fue al Festival de Málaga hace seis meses y dijo que no tenía distribución. ¿Cómo puede ser? Tiene un Goya por su ópera prima, es un reconocido actor…
- Producir es una barbaridad. No quiero volver a hacerlo. La ecuación no te sale bien. El resultado nunca es exacto o a nivel personal o a nivel profesional o a nivel económico. Mezclar, producir y dirigir a la vez es una barbaridad.
- Además, es una disociación. Lo artístico va por un lado y lo económico va por otro. Y generalmente, lo artístico gana lo económico y, cuando termina la película, estás endeudado. Entonces, no te compensa.
Daniel Guzman Barcelona
- Pero en la dirección si va a seguir, ¿no?
- Primero voy a ver su puedo recuperarme de esta. Estoy muy cansado, agotado. Estos procesos llevan tanto tiempo… La primera película, 10 años. La segunda, 6. La tercera, 4. Lo dejas todo, absolutamente todo, por contar una historia.
- Y, a veces, el resultado es estar una semana en cartelera con otras 18 películas que hay, de las cuales 9 vienen de Estados Unidos y copan todas las pantallas. No por buena o mala, sino por la campaña que trae detrás. Una película de estas tiene un millón de euros en publicidad y tú sales con 50,000 o con 100.000. No puedes competir.