Adrián Salzedo, actor
Adrián Salzedo, actor: "Se me cae la cara de vergüenza al ver cómo permitimos que otros sufran sólo por nuestro bienestar"
El intérprete regresa a Barcelona dos semanas con su primera obra de teatro de texto y cierra etapa con los musicales
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Adrián Salzedo es de los pocos actores del teatro de Madrid que pueden decir que entran en Barcelona con asiduidad. Lo ha hecho con el teatro musical, al que le ha dedicado tanto tiempo y este 15 de julio vuelve en el que es su debut en el teatro de texto.
“Siempre que voy a Barcelona me pongo muy contento. Punto uno, porque es mi ciudad favorita. Y dos, poder ir a Barcelona por trabajo ya es increíble. Tenemos muchas ganas”, confiesa en conversación telefónica en Crónica Global. Aunque esta vez hay un poco de miedo.
“Hay un poquito de nervios porque vamos con las canciones de Serrat. Claro. Va a haber un público más exigente, pero lo que me agrada y lo que me relaja es que lo que está hecho con mucho cariño, con mucho respeto y creo que con mucho gusto. Con lo cual, en parte, me tranquiliza también. Sé que lo que vamos a mostrar al público catalán va a gustar muchísimo”, revela.
La obra que representa en el Teatre Borrás durante dos únicas semanas, Para la libertad, es en realidad una pieza sobre la vida de Miguel Hernández. Es una ficción basada en la terrible historia del poeta al que Serrat ha cantado tantas veces, de allí que se hallan incorporado a la obra. Y, “además, se cantan en directo”, subraya.
Cartel de 'Para la libertad'
- La pregunta, viniendo usted del teatro musical es clara, ¿es un musical?
- No es un musical al uso. Es teatro de texto, con todo lo que eso conlleva. Pero, al tratar de la vida y poesía de Miguel Hernández, se nos ocurrió de poder narrar sus poemas de una forma más bonita y más poética: incluyendo las canciones de Serrat, las melodías que Serrat ya compuso para estos poemas.
- También es verdad que la propuesta que llevamos a esa escena no son las canciones de Serrat como en el disco. Llevamos nuestra propia versión mucho más austera, mucho más pequeña, mucho más minimalista.
- ¿Pero cómo cuadran, cómo encajan las canciones?
- No es desde la voz, es desde la narrativa. Todo está muy bien justificado. No te das cuenta que la canción ya ha empezado. No es el código musicalero que cada vez nos saca tanto, que a la gente le encanta y a otros le parece terrible. Es una forma de acompañar su poesía.
- En cualquier caso, ¿cómo es meterse en la piel del poeta?
- Puff, pues me estoy planteando muchas cosas. Yo que me creía un revolucionario, ahora no me soporto. No paso ni una. Cuando alguien habla de cualquier historia y se menciona alguna injusticia, no puedo no defenderla. Y hay que ver la vida de Miguel Hernández, porque lo que hizo fue muy valiente. Murió con 32 años, y habiendo hecho todo lo que hizo, a mí un se me cae la cara de vergüenza al ver cómo nos movemos y las cosas que toleramos y aceptamos. Y sobre todo el cómo permitimos que otros sufran solo por nuestro bienestar. Él no permitía eso.
- Para mí es una oportunidad y es un regalo. Estoy viviendo un momento de aprendizaje en mi vida muy importante.
- ¿Conocía algo previamente de su vida antes de la obra?
- No, porque no fui buen estudiante en la escuela. Con lo cual conocí a Miguel Hernández, pero no con la profundidad que le conozco ahora. Quizá cuando me lo enseñaron era muy joven y no estaba preparado para entender y comprender los motivos por los que él escribía lo que escribía. Ahora ya con la experiencia que tengo y con los años de vida, sí entiendo más y valoro aún más.
- Yo creo que las cosas simplemente llegan cuando tienen que llegar. Y yo tengo la fortuna de que con mis 30 años estoy empezando a dar vida y conocer en profundidad a Miguel y a todo lo que conlleva.
- ¿Ese es quizás también el valor de la obra, dar a conocer ese Miguel Hernández al que igual no prestamos atención en la escuela? ¿O por qué cree que tiene valor ahora contar esta historia?
- Aparte de que es una hora y media muy entretenida, a pesar de ser un drama muy triste y muy doloroso, hay muchas pinceladas de comedia. Y, además, la música es en directo. Y, mira, ya que hablábamos de los musicales, ahora hay muchos que la música es enlatada. Por eso, sin ser un musical, esto tiene más prestigio que esos musicales que no tienen música en directo.
- ¿Y qué importancia tiene una obra como esta, sobre Miguel Hernández, ahora mismo?
- Simplemente recordar. Recordar sin lugar a dudas de dónde venimos y a dónde no queremos volver a ir. Fíjate en el mundo que estamos ahora mismo viviendo. Ya no solo en política. Simplemente hablamos de la humanidad o de la deshumanización de la misma.
- Cómo toleramos, cómo permitimos, Cómo hablamos con esta seriedad de muertes, de asesinatos… Es terrible. ¿Cómo somos capaces de encender la pantalla de la televisión y ver la crudeza de actos criminales y simplemente documentarlos pero no hacer nada por nuestra parte? ¿No intentar ayudar al que tenemos debajo de casa? No intentar ayudar a nuestro vecino cuando tiene un problema, a nuestra familia, a nuestros amigos…
- Yo creo que es una obra que nos recuerda que somos personas, que somos humanos y que tenemos que cuidarnos a todos nosotros y que la guerra solo trae más guerra.
- Y también es curioso que una obra de hace casi 100 años y que habla de la vida de entonces sea tan similar al presente que vivimos. A mí, me asusta.
- En cualquier caso, y ya con 20 años de carrera en la profesión, es su primera obra de teatro de texto. ¿Es así?
- Sí, es la primera que hago en mi vida. Y es increíble poder estrenarme como protagonista, además, y tan bien rodeado. Me estoy llevando una masterclass inolvidable. Nunca he sido tan feliz en un proceso de aprendizaje.
- Fue muy largo, muy difícil, porque además venía de Godspell y tenía que cambiar de código porque los musicales tienen un código muy distinto. No sé si es el mejor ni peor, es otro código, otro tipo de formato. Pero el poder enfrascarme en un texto con la calma, disfrutarlo, entender lo que digo, estirar cada palabra, cada silencio,está haciendo un viaje hermoso. La verdad, estoy muy feliz. Creo que no quiero hacer más musicales en mi vida. Los dejo para siempre, cuelgo los hábitos.
- Y además debe ser cansadísimo, ¿no? Y más con las giras.
- ¡Es una explotación! Tengo un día libre, pero con una paliza absoluta. ¡Que duran tres horas! Yo ahora mismo solo quiero hacer teatro de texto. Es verdad que en la vida uno no siempre puede hacer lo que se dice, pero yo tengo muy claro que de aquí a un año, dentro de un año, estaré metiendo entre las bambalinas del teatro y ahí no salgo.
- Es cierto que, los musicales me han dado de comer toda la vida, estoy muy agradecido y lo disfruto, pero hoy quiero encaminarme más en hacer teatro de texto y en explorar más mis capacidades actuales. Y siento que en un musical no puedo extraer todo lo que me gustaría.