Uno de los autobuses de TUSGSAL, la empresa que se ha quedado sin presidente tras la dimisión de Justo Alarcón / CG

Uno de los autobuses de TUSGSAL, la empresa que se ha quedado sin presidente tras la dimisión de Justo Alarcón / CG

Business

Tusgsal se queda sin presidente

Justo Alarcón anuncia su dimisión y reclama que se renueve la gobernanza de la empresa de economía social en el momento en que sus principales concesiones están en juego

8 junio, 2018 00:00

La cohesión interna de la empresa de transportes de viajeros y sanitarios Tusgsal ha saltado por los aires. El presidente de la compañía de economía social vinculada a UGT, Justo Alarcón, ha anunciado su dimisión en una carta abierta a todos los trabajadores en la que reclama que se renueve la cúpula de la compañía en un momento vital para su futuro.

Y lo hace el día después de que también anunciara que deja el órgano directivo el secretario, Alfonso Suárez, por el mismo motivo. Ocupaba una responsabilidad sin voto, pero compaginaba hasta la fecha este cargo con la subdirección general de la compañía.

Concesiones en el aire

Dos de sus principales contratos de concesión están en el aire. El gobierno del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), encabezado por Ada Colau, ha levantado la suspensión del concurso público para buscar a un nuevo operador del Aerobús. Un servicio que une la capital catalana y el aeropuerto de El Prat que está operado por Servicios Generales de Movilidad y Transporte (SGMT), sociedad en la que la cooperativa controla el 51% y el 49% restante es de Moventia

Además, el contrato actual de la ruta norte de NitBus está también en al aire. Se trata de una licitación muy polémica. Tusgsal se quedó fuera de la anterior licitación por no cumplir con los pliegos de condiciones de un proceso de contratación pública que, finalmente, se desestimó. Ahora se tiene que abrir un nuevo concurso.

Junta del 29 de junio

Los percances en estas licitaciones públicas cruciales para que Tusgsal pueda seguir con el perímetro actual han tensionado a la plantilla de la compañía de Badalona. Un escenario en el que Alarcón reclamaba que los cinco miembros que conforman el consejo de administración del grupo dieran un paso atrás en la junta de accionistas del próximo 29 de junio y se abriera un proceso de renovación con mayor participación.

No implicaba impedir que se pudieran presentar para la reelección del cargo, pero sí dar voz y voto a los socios-accionistas de Tusgsal. Es decir, sus trabajadores. Pero su iniciativa se quedó en minoría en el último encuentro de la cúpula. “Se decidió aprobar una propuesta que, evidentemente y desde mi punto de vista, no refleja los valores esenciales de este tipo de sociedad”, indica Alarcón en su despedida.

Ratificar el liderazgo

El hasta ahora presidente reclama “transparencia y participación” para renovar los responsables de las tomas de decisión en el grupo. Buscaba iniciar un proceso parecido al de las elecciones sindicales. “Implicaría disponer de la legitimidad y el liderazgo reconocido por el colectivo y no desde un despacho”, añade en la misma nota. Una afirmación que ha sentado como un jarro de agua fría al resto de representantes del consejo de administración.

“Nos parece de extrema gravedad que manifieste con total impunidad afirmaciones que pueden dar a entender que esto es el cortijo de cuatro dictadores y él es la única persona transparente y demócrata”, indica un comunicado que el comité de empresa de Tusgsal ha remitido a los trabajadores del grupo. Se alega que en un momento con retos de gran calado delante no ha lugar a movimientos que dividan a la plantilla.

Asamblea en el aire

Fuentes de la compañía aseguran que el golpe de efecto del expresidente será limitado. Manifiestan que toda la directiva y que todos los “órganos internos” de la cooperativa están de acuerdo en ratificar los cargos para no desestabilizar más el grupo. Aunque hay división entre los trabajadores sobre cuál es el camino que se debe seguir.

Está en el aire la convocatoria de una asamblea en Tusgsal para debatir sobre la renovación del consejo de administración. Los actuales directivos de la compañía esperan que el ciclo de reuniones sectoriales que se han programado, las llamadas juntillas, serán suficientes para contestar el malestar existente. Aunque no está claro que pueda sacar adelante esta voluntad.