La Cambra de Comerç de BCN espera que se supere la incertidumbre política

La incertidumbre para formar Gobierno en España tras las elecciones del 20D encendió las alarmas este lunes tanto de los mercados como de la Comisión Europea, que presionó para conseguir la gran coalición. La Cambra de Comerç de Barcelona tomó distancia de las primeras reacciones, que fueron contenidas, y mostró su optimismo con el ejercicio que está a punto de empezar.

El presidente de la institución de promoción económica, Miquel Valls, señaló que esperan que la economía catalana crezca como mínimo el 2,8% en 2016. Incluso planteó una cifra superior “si se recupera la economía internacional”.

Estabilidad durante el primer trimestre

Esta expectativa es más positiva, por ejemplo, que la que planteó la Comisión Europea para el conjunto del país en sus previsiones macroeconómicas de otoño, que era del 2,7%, frente al 3% incluida en los Presupuestos del Estado.

Valls habló de una recuperación consolidada que apunta avances en la demanda interior, las exportaciones, la inversión e incluso en el sector inmobiliario y la construcción. Aseguró que durante el primer trimestre la estabilidad no está ni tan sólo en juego, ya que será cuándo se ejecuten las operaciones cerradas las últimas semanas. Además, el Estado cuenta con unas cuentas ad hoc para 2016 que eviten que la Administración se paralice.

Cultura del pacto

¿Qué pasará durante la segunda mitad del año? Ahí es dónde la incertidumbre incrementa y la economía puede sufrir más. Dependerá en gran medida de las alianzas que sean posibles tanto en Cataluña como España, y la atomización de los parlamentos llega a tal punto que todas las opciones están sobre la mesa. Desde la gran coalición a la que se aspira desde Europa al gran pacto de las izquierdas.

Valls tiró de nuevo del optimismo que impregnó todo su discurso público. “Los partidos, españoles y catalanes, mostrarán su capacidad de pacto y la economía se aprovechará de ello”, manifestó.

Cuestión catalana

También remarcó que el resultado obliga a abordar la cuestión catalana al inicio de la legislatura por la importante bolsa de votos que supone para Podemos. No fue más allá en valorar si se debe celebrar el referéndum que pidió Pablo Iglesias este lunes o cómo y cuándo se debería celebrar. El empresario se limitó a declarar que atender a las reclamaciones catalanas es un “aspecto importante que ayudará a la gobernabilidad”.